Investigar un accidente de tráfico se puede asimilar a la investigación de un crimen. Y la tecnología juega cada vez un papel más relevante, también en la Brigada de Atestados de la Policía Foral, que en los últimos dos años se ha equipado con nuevos dispositivos . "El accidente de un autobús en La Estellesa, en enero de 2020, en el que fallecieron dos menores, fue el punto de inflexión en la Brigada de Atestados de la Policía Foral", admite Iñaki Cía, responsable de la unidad, con 55 agentes a su cargo. "En ese momento vimos que teníamos que dar un salto adelante en la dotación de medios técnicos".

Si bien el trabajo policial tradicional sigue estando muy presente en la investigación de accidentes de tráfico, como las mediciones manuales, el cálculo de velocidades en base a las deformaciones de los vehículos, la toma de declaración a testigos, etc, la tecnología ha llegado a la Brigada de Atestados del Cuerpo autonómico para quedarse. El último juguete recibido esta misma semana ha sido un equipo para la lectura de centralitas, el cerebro informático que llevan incorporados ya todos los vehículos modernos y que puede hacer las veces de "caja negra" en caso de siniestro. "Es un dispositivo que nos permite conectarnos a la centralita del vehículo y extraer la información registrada cinco segundos antes de un accidente: velocidad, distancia al punto de conflicto, giro de volante, presión sobre el acelerador, deceleración...", apunta Pablo Esquisabel, uno de los miembros de la Brigada de Atestados, unidad que sólo el año pasado realizó 71 investigaciones de accidentes viales

Este dispositivo, que ahora deberá hacer su propio rodaje hasta ser plenamente aprovechado por los especialistas de la Policía Foral, se unirá al equipo de diagnosis de vehículos, similar al que usan los talleres mecánicos. "Con él podemos intentar detectar posibles averías mecánicas en los vehículos siniestrados y discriminar aquellas previas al accidente", comenta Ignacio Huarte, con más de 20 años de experiencia en Atestados.

La joya de la corona, no obstante, es el escáner Leica, un dispositivo adquirido hace unos dos años capaz de tomar imágenes panorámicas de un entorno para recrearlos posteriormente en el ordenador. "El escáner congela el escenario de un accidente de tráfico mediante la creación de un escenario virtual en tres dimensiones en el ordenador. De ese modo podemos visualizar toda la escena, con mediciones exactas, puntos de frenado, trayectorias, etc. Es como meterte en un videojuego", explica Esquisabel. El potencial de este aparato hace que también sea usado por la Policía Científica en la investigación de otros delitos, al permitir recrear una habitación donde se ha producido un homicidio, por ejemplo.

A VISTA DE DRON

Si todo esto no fuese suficiente, desde hace un año los agentes de Atestados también han incorporado a sus investigaciones el uso de drones, gracias a la colaboración del Grupo de Apoyo Tecnológico de la Policía Foral. "Gracias a los drones, podemos realizar fotografías cenitales que permiten ver toda la escena de un crimen. Además, podemos capturar información que sirve para la recreación del escenario en un ordenador", indica Dani Cano, responsable de la unidad.

Iñaki Cía destaca que "la utilización de toda esta tecnología nos abre una ventana de oportunidades" y se muestra agradecido al personal de la Ertzaintza (Manu Santos y Ángel Gil) y de los Mossos d'Esquadra que han prestado su apoyo en esta transición hacia los Atestados 2.0, así como al ingeniero Sixto Troya y el perito David Lasanta. Al respecto, anticipa que la intención del Cuerpo autonómico es crear, dentro de la Brigada de Atestados, un grupo especializado en la reconstrucción de accidentes. "Tenemos cinco agentes que son el germen de ese grupo, tres en Pamplona y dos en Tudela. Será el salto definitivo. Para ello será fundamental ahondar en la formación y en la dotación de recursos técnicos", concluye el responsable de la Brigada de Atestados de la Policía Foral.