Sin hacer mucho ruido al comienzo, esperando su oportunidad y cosechando triunfos por el camino, así ha sido la temporada de Manu Quijera Poza (Pamplona, 13/1/1998). A principios de año, el Mundial de Eugene (Oregón, Estados Unidos) era una posibilidad remota y ahora, a mediados de julio, está a pocas horas de pisar el Hayward Field para disputar las eliminatorias de lanzamiento de jabalina (3.35 horas, en directo por Teledeporte).

Manu Quijera: “El objetivo es disfrutar de la experiencia y ser competitivo”

Este será el primer Mundial de Manu. La noticia le llegó pocos días después de proclamarse campeón de España. Para acceder a la gran cita internacional, el navarro tenía que alcanzar la marca mínima de 85 metros, que no pudo lograr al quedarse en los 79,72 metros en el Campeonato de España y marcar su mejor lanzamiento de siempre, 83.28 metros, en la Liga Joma de Clubes.

Su segunda opción pasaba por estar entre los 28 primeros del ránking mundial. Fueron días de nerviosismo esperando la confirmación. “Cuando actualizaron el ránking, me escribió un compañero de atletismo diciendo que había salido y que estaba el 22º. Yo pensé: “Guau, toma ya. Ya estoy dentro de los 28”. Porque no se podía actualizar más. Hasta que no fuese oficial no me podía alegrar del todo, ya que era el responsable de la Federación el que me tenía que seleccionar. Una tarde siguiente, me escribe el seleccionador pidiéndome el pasaporte, ahí dije: “Ya está, estoy dentro”, relataba el lanzador desde el Aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid antes de embarcar rumbo a Oregón.

Estoy muy feliz por ir porque, al final, era un campeonato que a principio de temporada tampoco era un objetivo claro, pero tal y como se ha ido desarrollando esta temporada, se ha hecho real”. La confirmación de un gran trabajo que comenzó en el Campeonato de Lanzamientos Largos disputado en febrero en Motril, donde se llevó el oro con una marca de 80,88 metros. Un mes después terminó 5º (76,42 metros) en la Copa de Europa de Lanzamientos celebrada en Leiría (Portugal).

Los 80 metros volvió a superarlos el 12 de junio en la Liga Joma de Clubes y, seis días después, en el Mitin de Madrid (80,29 metros). Tras colgarse el oro en el Campeonato de España, Manu llega a Eugene con energías renovadas. “Estos últimos entrenamientos en Pamplona han ido bien. Me encuentro bien y las sensaciones son buenas. Sí que es el campeonato más importante en el que he estado en mi vida, por lo que igual, cuando se acerque el día, me entran esos nervios y esa tensión añadida a la que tengo ahora”.

En lo anímico, el lanzador se mantiene confiado y con la tensión normal previa a un gran reto. En lo deportivo, llega en uno de los mejores momentos de su carrera avalado por los resultados que ha tenido este año, por lo que no se marca ningún objetivo. “Tener sensaciones de haber competido y haber estado en mis marcas, con eso me sirve”.

Profundizando más en la eliminatoria y sin conocer a los que serán sus primeros rivales, Manu apunta a marca, no a posición. “En la clasificación voy a tratar de meter algo relacionado con mi marca o, ¿por qué no?, meter marca. Ese es un poco el objetivo. Pasar a la final va a ser complicado, lo hacen los 12 primeros y normalmente la marca de corte está entre los 81 y 82 metros. No es imposible, pero sí muy difícil”, pronostica Manu, que añade que lo importante es “disfrutar de la experiencia de competir en un estadio muy mítico del atletismo” y reincide que no tiene el foco puesto en algo particular, “el objetivo es llegar y ser competitivo”.

Para lograrlo, después de varios días de aclimatación para la puesta a punto, el navarro lleva una semana en la villa mundialista, donde sabía antes de ir que el ambiente deportivo le iba a envolver de golpe. “La atmósfera que se genera ahí va a ser muy competitiva, a entrenar duro, comer bien, descansar. Esta semana previa antes de la prueba, antes de competir, va a consistir en esto. Y como yo estarán haciendo el resto de atletas. Va a ser una experiencia curiosa y muy bonita”.

Esto era algo que necesitaba, después de estar preparándose en Larrabide mientras una ciudad entera era un estallido de fiesta durante nueve días. “Tener a tus amigos tan cerca, disfrutando de los Sanfermines y tú yendo a entrenar, y sobre todo cuando en Larrabide no había mucha gente, sí que era un poco duro. Pero eran entrenamientos de dos horitas que una vez que empezabas ya lo cogías con ritmo y ganas. Tampoco me ha supuesto mucho entrenar en Sanfermines”, detalla.

Oro por la vía rápida

Manu Quijera volverá a participar en una competición casi un mes después de hacerlo en el Campeonato de España, donde se colgó el oro. En la prueba, el navarro tuvo la alegría del primer puesto y de compartir podio junto a su hermano Nico, que fue plata, y su compañero de entrenamientos Rodrigo Iglesias, bronce. Sin embargo, sus sensaciones no fueron tan buenas como el resultado. “El Campeonato de España había sido un poco raro. Este año no había competido nunca por la mañana y por la responsabilidad de hacerlo bien me dio mucha tensión, nervios y la noche anterior dormí bastante poco”, comenta Manu.

“De este último mes, fue la peor competición que hice técnicamente, y aun así metí un 79 alto. Estuve contento por ganar y por los puntos que otorgaba en el ránking más una marca que no era tan mala. Ya si le añades que mi hermano fuera segundo y mi otro compañero de entrenamiento tercero, pues ya fue el colofón”, se sincera el lanzador.

Tanto su primer puesto, como los otros dos del podio, cuentan con el sello de Idoia Mariezkurrena, entrenadora de los tres medallistas, que estará en Eugene junto a Manu. “Estos días, Idoia y yo hemos estado entrenando y no le hemos dado una mayor importancia. Seguimos con esa mentalidad de entrenar, competir y que no se me vayan las ganas para salir a la pista y darlo todo”, sentencia Manu. Hoy es su día. Aquí, su madrugada.