lo vivido ayer en el Anaitasuna es sinónimo de fiesta, de reencuentro, de sensaciones encontradas que han vuelto a florecer casi treinta años después. Ayer, lo que menos importaba era el resultado, lo que primaba por encima de todo era volver a ver a un equipo entregado, digno de esta competición y que luchó hasta el pitido final.

Tras el triunfo en la cancha de Granollers la pasada semana, Helvetia Anaitasuna quiso darse un homenaje, un baño de multitudes y aprovechar la ocasión de hacerlo ante uno de los mejores equipos del mundo, el actual líder de la competición doméstica, quien acudió a Pamplona con una intención muy distinta a la de los navarros: matar el partido lo antes posible. Anaitasuna, quien no tenía apenas nada que perder en una Liga que no es la suya, se mostró nervioso, titubeante y algo agarrotado durante el primer tercio del partido, ante un rival que presentaba credenciales de dos metros de estatura como Sorhaindo, Oneto o Nagy para acabar llevándose el gato al agua. Por su parte, los locales mantuvieron un planteamiento valiente y arriesgado, el cual les ha dado varios y muy valiosos frutos en el pasado, con una 5/1 ajustada ante un nivel de exigencia físico que hizo vaciarse a los locales antes de tiempo. Lo negativo fueron las imprecisiones y nervios, propios de un debut tan esperado.

Los navarros, fieles a su espíritu heroico y luchador, dieron siempre la cara. Cabría destacar como lectura positiva el abanico de posibilidades que se le abre a los de Etxaburu tras la victoria en Granollers la jornada pasada. Equipos como Antequera, Cuenca, Sagunto o el mismísimo Amaya Sport San Antonio, equipos que sí son de un nivel más parejo, deberán sudar la gota gorda para poder sacar algo positivo de sus visitas a La Catedral del balonmano español (como así la definió Juan de Dios Román hace muchos años).

Anaitasuna acepta el reto de la Asobal, al igual que su afición, que estuvo de matrícula de honor y que si lo de ayer en las gradas no acaba siendo un espejismo (hablamos de casi 2.000 abonados), Helvetia jugará, sin lugar a dudas, con un jugador más.

(*) Técnico navarro de la Federación Española de Balonmano.