pamplona - Con solo 21 años, Álex Costoya cogió las maletas y cambió la bella Asturias por la no menos bella Navarra. El lateral izquierdo avilesino quiere seguir progresando en su esperanzadora carrera en el balonmano, “mirarse en el espejo” de ídolos como los hermanos Entrerríos o Carlos Ruesga, y su fichaje esta temporada por el Helvetia Anaitasuna es un paso más en su sueño. Esta tarde (18.00 horas) vivirá un momento especial, “extraño” a la vez, al volver a pisar la pista del Juanfersa Gijón, la que fue su casa durante cuatro temporadas.

¿Cómo afronta psicológicamente su regreso a la cancha asturiana?

-La verdad, se me va a hacer muy raro. Desde que acabó la Liga hasta que fiché por Anaitasuna todo fue muy rápido. Mi idea era seguir un año más y acabar de estudiar, porque aún era muy joven para marcharme. Sin embargo, hubo cosas que no me agradaron, nada que ver con lo económico, y decidí irme. Ahora tengo ganas de volver, eso sí, para ver a los amigos y a la familia.

¿Se le va a hacer extraño? ¿Qué sensaciones cree que va a tener?

-Creo que muy extrañas porque, como he dicho, yo no tenía pensado marcharme. Allí lo tenía todo: el balonmano, mi familia, mis amigos, el estudio, vivía cómodamente en casa de mis padres... Sí, se me va a hacer extraño jugar con una camiseta que no es la roja del Gijón. Pero para eso estoy aquí, soy un profesional y daré el máximo para que el equipo saque los dos puntos.

¿Cómo cree que le recibirá la afición?

-Creo que bien. En todos los partidos que jugué, aunque algunos no salieran bien, intenté dar la cara. Jugaba hasta lesionado, pinchándome para poder estar en la pista, y creo que la gente eso lo valorará. Mi historia, lo que ha ocurrido, solo lo sabemos el club, mi familia y yo. La afición defenderá a su equipo, pero espero que me den un aplauso bonito al principio del partido.

¿Qué le dice su familia?

-Ellos están muy encima de mí. Me dicen que no pasa nada, que voy a ver a mucha gente y que no me presione a mí mismo. Así es el deporte. Por lo demás, intentan estar muy pendientes de mí, porque el cambio está siendo un poco complicado.

¿En qué sentido?

-No en el de adaptarme a la ciudad, porque Pamplona es muy parecida a Gijón: hay mucho verde, las personas son muy agradables y si pueden ayudarte lo hacen... Pero yo siempre fui un chico muy tímido, sobre todo en el deporte. Necesito coger mucha confianza y sentirme a gusto, y el cambio me está costando.

¿Qué echa de menos de Asturias?

-Sobre todo estar un domingo en casa, ir a tomar algo con mis amigos o con mi novia, poder ir a cenar con mi familia, visitar a mis abuelos en Avilés... La gente no se da cuenta, pero siempre tienes que dejar algo para irte. Yo dejé muchas cosas para venir a Pamplona y, si las cosas hubiesen ido de otra forma, a lo mejor estaría un año más en Gijón.

¿Cómo ve el partido?

-Muy complicado. Ellos en casa tienen que sumar puntos como sea, porque fuera lo van a tener difícil. Además, tienen el ánimo alto por la victoria en Aragón. Va a ser un partido muy duro, en el que tenemos que impulsar nuestro juego, porque ellos allí son muy fuertes. No va a ser un choque que se cierre en la primera parte ni en los primeros 40 minutos, sino que se decidirá en el último lance. Pero creo que estamos trabajando bien para lograr la victoria.

¿Ha pasado referencias a Iñaki Aniz sobre su juego?

-Sí, hemos estado hablando un poco del Gijón. Respecto al año pasado, tienen un equipo más compensado, a más gente por puesto. Quizá se puede notar la ausencia de Savic, pero ficharon a gente buena y nos lo va a poner muy difícil, porque ellos necesitan puntos como el comer y necesitan rascar de todos los partidos en casa.

El Helvetia también necesita esos puntos, tras un comienzo de Liga complicado.

-Sí, no hemos empezado como hubiéramos soñado. Quizá nos mató haber perdido contra Zamora porque, con todos los respetos, era un recién ascendido, pero era una cancha para ganar. Creo que los resultados llegarán, el equipo fichó a tres primeras líneas que no habíamos jugado juntos y creo que aún somos un equipo en construcción. Partido a partido iremos cogiendo confianza y se notará la mano del míster.

¿Cuando el equipo se asiente, veremos al mejor Costoya?

-Yo creo que sí. También tengo claro que el rol en este equipo no es el mismo que el del año pasado. No juego tantos minutos ni tengo un rol tan importante como la temporada anterior. Creo que de eso voy a aprender, partido a partido voy a ir mejorando, cogiendo más confianza con los compañeros y con el entrenador. Espero y deseo que las cosas me vayan tan bien como el pasado año a nivel individual y ayudar al Helvetia.

¿Cómo comenzó a jugar a esto del balonmano?

-Empecé con 8 años y lo compaginaba con el tenis. Como a todos los niños, además, me gustaba el fútbol y quise apuntarme, pero mi padre me dijo que no era el prototipo de futbolista... Entonces me dijo que probase con el tenis y el balonmano, y al final dejé el primero y me dediqué al balonmano.

¿Contento con la decisión?

-Sí. Yo de pequeño veía los partidos por la tele, del Portland o del Ademar, y pensaba que ojalá un día pudiera jugar en la Asobal. Hoy me veo aquí y la verdad es que es un sueño cumplido.