HELVETIA ANAITASUNA 34
BATHCO BM TORRELAVEGA 26
Helvetia Anaitasuna (19+15) Bar (portero), Gastón (1p), Edu Fernández (2), Ganuza (6), Meoki (2), Aitor García (9) y Pinto –siete inicial–. También jugaron Bazán (1), Redondo (3), Pereira (5, 2p), Castro (1), Elustondo (2), Josu Arzoz y Ernesto Goñi (2).
Bathco BM Torrelavega (8+18) Mijuskovic (portero), Isidoro Martínez (2), Cangiani (5), Casanova (3), Oswaldo Maestro (1), Popovic (2) y Czaplinski (5, 3p) –siete inicial–. También jugaron Carlos Calle (portero), Moreno (2, 1p), Crespo, Villoria (2), Ramos (1), Lombilla (2), Colunga y Gandara (1).
Marcador cada cinco minutos 3-3, 5-5, 7-7, 11-7, 15-7, 19-8 (descanso); 23-10, 26-16, 26-16, 29-18, 30-22 y 34-26 (final).
Árbitros Yon Bustamante (Navarra) y Javier Mata (Euskadi). Excluyeron a Castro, Pereira, Elustondo y Aitor García por los navarros; y a Isidoro Martínez (2) y Lombilla, por los visitantes.
Pabellón Anaitasuna. 753 espectadores.
Hacía tiempo que la alegría no aparecía por Anaitasuna. Ni las sonrisas ni los abrazos. Y este viernes eso cambió. El Helvetia Anaitasuna se desquitó, venció con solvencia a un buen equipo como el Bathco BM Torrelavega, puso fin a su mala racha de la segunda vuelta y volvió a ganar más de dos meses después. Una victoria balsámica, de las que no sólo se reflejan en la clasificación, sino que además alientan y curan.
No sólo fue el 34-26 final, que también. Sino el cómo se fraguó ese contundente resultado. Porque sobre la pista se vio un equipo alegre, al que esta vez sí le salían las cosas, a diferencia de los encuentros anteriores. Muy bien situado en defensa, con un Juan Bar que por momentos se divertía bajo los palos, y que en ataque no lastraba los errores de choques anteriores. Esta vez los balones no se escurrían de las manos y los pases llegaban a su destino. Los nervios parecían haberse quedado en la orilla y los fantasmas desaparecían.
El Helvetia -cuyo último triunfo fue el 4 de febrero ante el Cisne- le tomó muy bien la medida al Torrelavega y no era nada fácil. El conjunto de Álex Mozas está excelentemente armado, por algo luce sus galones en la parte alta de la clasificación, pero este viernes no tuvo su día. O más bien el equipo navarro no le dejó tener su día.
No es nada fácil endosarle un 12/1 de parcial al conjunto cántabro y Anaitasuna lo hizo en la primera parte. Tras un comienzo donde la igualdad fue máxima, el partido se rompía en el minuto 14. Fabrizio Casanova anotaba el 7-7 y ahí desaparecía el Torrelavega. La férrea defensa del Helvetia no dejaba actuar con fluidez a sus atacantes, cuyos disparos se iban fuera, se estrellaban contra el larguero o contra Juan Bar, que incluso se lucía deteniendo lanzamientos desde los siete metros. Álex Mozas tuvo que pedir hasta dos tiempos muertos. Por contra, al Anaita le salía todo. Aitor García, brillante en el choque con sus nueve goles, no perdonaba lo más mínimo. Pereira se sumaba a la fiesta y Ganuza hasta metía desde su propia pista en superioridad y sin portero. Todo, salía todo. Y así el resultado al descanso era de un contundente 19-8 a favor.
El partido estaba encaminado, pero no resuelto. Y experiencias anteriores recordaban que no se puede bajar la guardia, aunque la ventaja de goles fuese de once. Los nervios aparecieron por un momento, al igual que Carlos Calle. El meta del Torrelavega truncó hasta cuatro tiros desde los siete metros y su equipo metía un 4/0 de parcial, aupado por la efectividad de Czaplinski desde el punto de penalti, que ponía el 24-16 (m.40) y hacía aflorar algunos temores.
Pero fue un espejismo. Esta vez Anaitasuna estaba muy centrado, sabedor de la importancia de este partido de cara a abrir brecha con los puestos de descenso y de recuperar la confianza de cara al futuro. Mikel Redondo se entonó en el ataque, Ernesto Goñi también sumó y Aitor García seguía a lo suyo, haciendo un roto a la defensa cántabra. El último gol fue suyo, el que ponía el 34-26 final y hacía estallar La Catedral.
DOMÍNGUEZ: "NOS QUITAMOS UN PESO DE ENCIMA"
Quique Domínguez tenía este viernes otro semblante tras el encuentro, muy diferente al de compromisos anteriores. Se sentía “muy contento y muy agradecido” a sus jugadores “por semejante esfuerzo y partido”. Y es que el Helvetia lo bordó. “Sobre todo en la primera parte creo que hemos estado a un muy buen nivel. Mucho mejor de lo imaginado tanto en el juego como en el marcador para llegar once arriba al descanso ante este equipo, con el nivel que tiene y el ritmo que impone. En la segunda las cosas ya han estado más parejas, pero la diferencia ya era grande”. Con este triunfo, que hacía “mucha falta”, Anaitasuna se quitó “un peso de encima”.