Algo se está haciendo bien en el balonmano navarro. Año tras año, la Comunidad Foral no deja de acaparar méritos, éxitos, resultados, reconocimientos y alabanzas. El talento y la calidad que atesora se ven recompensados con creces en cada torneo o competición y este 2023 que está a punto de despedirse no es ninguna excepción. Navarra ha vuelto a erigirse como uno de los exponentes de este deporte a nivel estatal y también internacional, conquistando altas cotas en el panorama europeo y mundial.

Este reconocimiento no sólo se lo lleva el balonmano de elite. La cantera, la base, las promesas del 40x20 son también valedores fundamentales de este deporte. Y aquí una labor fundamental la realizan los clubes, potenciando, trabajando y sacando partido a la calidad de sus jugadores y sus jugadoras, a lo que hay que unir el impulso desde la Federación Navarra de Balonmano (FNBM).

Este éxito abarca a los balonmanistas, pero también a los entrenadores y al estamento arbitral. Tanto en categoría masculina como femenina. Sin distinción. En unos días comenzará una nueva edición del Campeonato de España de Selecciones Autonómicas (CESA), esta vez en Catalunya, donde las seis selecciones navarras acudirán con la máxima de las ambiciones. Así lo hacen todos los años y así lo hicieron a principios de 2023, cuando en Alicante las juveniles de Sergio Moracho se trajeron el oro y los cadetes de Pablo Galech, el bronce. Éxitos de la base a los que hay que unir, ya a nivel de clubes, el de las Infantiles de Anaitasuna, que se proclamaron por tercera vez consecutiva campeonas de España.

La cantera navarra apunta alto y así se comprobó también a nivel internacional este 2023. Sin salir de Anaitasuna, sus jugadores Xavi González y Josu Arzoz se alzaron en Croacia campeones del Mundo con los Hispanos juveniles, después de que un año antes se colgaran el oro igualmente en el Europeo de Montenegro.

También el verano fue redondo para dos de las jugadoras con mayor proyección del Replasa Beti Onak: Kelly Nnonzie Fonkeng y Estitxu Rodríguez. Con la camiseta de las Guerreras juveniles ganaron en Azerbaiyán la EHF Championship, subiendo así la selección española a la máxima categoría de nuevo. Además, su excompañera en el conjunto villavés Lyndie Tchaptchet también se ganó el oro en el EHF Championship Júnior en Lituania, siendo elegida además MVP de este torneo. La pequeña de las Tchaptchet atesora calidad a raudales y este año ha dado un paso de gigante tras ser convocada por Ambros Martín para el combinado absoluto de cara a diversas actividades y fichando por el Super Amara Bera Bera, uno de los equipos punteros de la Liga Guerreras Iberdrola, con el que ha levantado su primer título, la Supercopa Ibérica.

Lysa y Sergey, imparables 

Pero cuando se pone el foco en el peldaño más alto y se mira al ámbito internacional, hay dos nombres que destacan sobremanera: los de Lysa Tchaptchet y Sergey Hernández. La pivote de Villava-Atarrabia y el portero pamplonés siguen conquistando Europa, dejando patente una calidad y potencial que crecen día a día.

Tchaptchet, a sus 22 años, continúa con su imparable carrera tanto en la selección española como en el Vipers Kristiansand noruego, donde juega. Con las Guerreras acaba de disputar el Mundial de Dinamarca, Noruega y Suecia y aunque el equipo no logró clasificarse para los cuartos de final, su papel a nivel individual fue soberbio. La navarra ha sido uno de los referentes ofensivos del conjunto de Ambros Martín y también ha desplegado buenas actuaciones en defensa. Aunque, sin duda, su mayor logro este año ha sido con el equipo noruego en el que juega, ya que sumó a su palmarés su segunda Champions League –el máximo título continental por clubes–, junto a otra navarra, Nerea Pena, que finalmente dejó el Vipers.

La internacional Lysa Tchaptchet, con su segunda Champions. IHF

En el apartado masculino, hay un nombre propio: Sergey Hernández. Después de tres años en las filas del Benfica, el portero de 28 años fichó esta temporada por el Magdeburgo de la Bundesliga. Y ya tiene su primer título con la camiseta alemana, después de levantar la SuperGlobe –mundial de clubes– en Arabia Saudí en noviembre. El excancerbero de Anaitasuna está completando excelentes actuaciones con el Magdeburgo y todo apunta a que acudirá al próximo Europeo de enero en Alemania con los Hispanos, teniendo además un papel destacado junto a Gonzalo Pérez de Vargas y ante las molestias de Rodrigo Corrales. Un premio que Sergey Hernández se lo ha ganado a pulso.

La diáspora de navarros no se queda aquí. En cuanto a jugadores, este año también fue de cambio para Eduardo Gurbindo, que dejó el Dinamo Bucuresti para fichar por el THW Kiel alemán. Iosu Goñi continúa haciendo carrera en Francia y más en concreto en el Chambery, equipo con el que acaba de ampliar su contrato hasta 2026. El central de Doneztebe Niko Mindegia, tras una grave lesión, volvió a desplegar su magia con el Orlen Wisła Płock polaco. Y Ander Izquierdo sigue progresando y afianzando su talento en el Benfica de Portugal.

El técnico Zupo Equísoain, con su primer trofeo en Italia. Cedida

En lo que se refiere a los banquillos, uno de los nombres propios ha sido el de Zupo Equísoain. El experimentado técnico, de 61 años, acaba de ganar su primer título en Italia con el Raimond Ego Sassari, equipo de Cerdeña al que entrena desde finales de 2022. Y ahora se enfrenta en la Serie A –la máxima categoría italiana– al que fue su pupilo, Mateo Garralda, quien ha vuelto a hacer las maletas y se ha puesto a los mandos del Albatro Siracusa Teamnetwork tras su paso por el Mudhar saudí.

Sin fronteras en el arbitraje

Donde también está demostrando el balonmano navarro un nivel excepcional es en el arbitraje. El ejemplo más cercano es el de Yon Bustamante. El donostiarra, perteneciente al Comité Técnico de Árbitros de la FNBM, acaba de dirigir en el Mundial femenino varios encuentros junto al vizcaíno Javier Álvarez Mata, entre ellos el partido por el bronce entre Dinamarca y Suecia que ganaron las danesas. Bustamante, que debutó en la Liga Asobal hace 13 años, acumula una amplia trayectoria nacional e internacional, razón por la que recibió en junio en Santander, junto a su compañero, la insignia de bronce de la Federación Española.

Junto a él siguen abriendo puertas Aritz Zaragüeta y Raúl Oyarzun. Los árbitros navarros, de 28 y 26 años respectivamente, no sólo dirigen en el ámbito estatal torneos como fases finales de la Copa del Rey y de la Copa de la Reina, sino que su buen hacer ya ha llamado la atención en el panorama internacional. Entre otros logros, en abril dirigieron en Arabia Saudí un partido de la competición nacional y este año se convirtieron además en árbitros de la EHF –European Handball Federation–, siendo designados para una eliminatoria de la EHF European Cup femenina en Portugal. Igualmente, recibieron su primera convocatoria de la IHF –International Handball Federation–, lo que les llevó hasta Kosovo para un torneo de selecciones.

Yon Bustamante ha arbitrado en el reciente Mundial femenino. Iñaki Porto

Anaitasuna y Beti Onak, firmes

Y entre tanto éxito, no hay que olvidar que Navarra sigue presumiendo de tener dos equipos en la elite nacional. En chicas, el Replasa Beti Onak cumple con mucho mérito su segunda temporada en la máxima categoría a las órdenes de un Miguel Etxeberria que, a su vasto currículum con sólo 35 años, se le une el de ser ahora el seleccionador de las Guerreras Promesas. En chicos, el Helvetia Anaitasuna ya alcanza las 13 campañas en la Liga Asobal y aunque ha visto cómo dos de sus referentes, Carlos Chocarro e Ibai Meoki, decían adiós, puede estar tranquilo de tener el vestuario en manos de Antonio Bazán: internacional, médico, líder y ahora, capitán.