Tienen los miércoles bien marcados en el calendario. En sus cabezas. Es el día de la semana en el que se juntan a entrenar. A disfrutar con un balón en la mano. A aprender un deporte del que muchos son seguidores acérrimos y ahora, también, jugadores. Y jugadoras. Porque aquí todo el mundo participa y suma. Villava-Atarrabia y Navarra cuentan con un nuevo equipo de balonmano, muy especial, y se llama Popurrí Beti Onak. Un sitio donde los límites no existen.

Benito, Arantxa, Garazi, Mac Donovan, Javi o Íñigo son algunos de los nombres que conforman este equipo, que está integrado en la estructura del Beti Onak. Un club que cuenta con un fuerte arraigo en la localidad, con una extensa cantera de chicos y de chicas, y que desde hace dos temporadas compite también en la elite del balonmano femenino. Precisamente, una de las jugadoras del primer equipo, la central argentina Macarena Sans, es junto a su hermana Marina, psicóloga de profesión, la impulsora de este bonito proyecto que acaba de nacer y que aglutina a unas 10-15 personas entre deportistas y monitores. Jugadores y jugadoras que cuentan con algún tipo de discapacidad, bien sea física o cognitiva -o ambas-, circunstancia que no les impide sin embargo disfrutar de una actividad que les apasiona: el balonmano.

Los miércoles se reúnen para entrenar en el polideportivo Hermanos Induráin. Primero calientan, mueven las articulaciones, después caminan o corren, realizan pases con los balones habituales o los de gomaespuma y lanzan a portería, algo que a muchos les encanta. Sobre todo cuando meten gol. En esta labor de aprendizaje cuentan además con entrenadoras de excepción, ya que junto a la propia Maca Sans colaboran también otras integrantes del Replasa Beti Onak como Ayelén García y Aileen Ripa, o exjugadoras como Marta Olóriz. Maestras de excepción.

Sin embargo, no se trata sólo de un proyecto enfocado a personas con discapacidad, sino que está abierto a todo el mundo. “Es comunitario”, recalcan ambas hermanas, quienes están muy satisfechas con la respuesta obtenida a una idea que les rondaba desde hace tiempo por la cabeza.

EL DEPORTE COMO VÍA

Marina es psicóloga y en Mendoza, donde vivía en Argentina, trabajó durante cinco años en programas y talleres dirigidos a toda la comunidad, tanto a personas con discapacidad como sin ella. “Teníamos la idea de hacer algo juntas desde hacía tiempo”, explica Maca Sans. “Con todo ese conocimiento que tiene ella, pensamos en hacer algo parecido pero enfocado al deporte, en este caso al balonmano. Mi hermana se vino a vivir aquí en diciembre y fue el momento ideal para poner en marcha este proyecto, con el que llevábamos soñando mucho tiempo”, añade.

Y se pusieron manos a la obra. A darle forma a una idea que en un principio iba a ver la luz hacia septiembre, pero que la buena acogida, tras exponerla en unas primeras reuniones, hizo que se concretase antes de lo previsto. “Así que decidimos empezarla, aunque todavía sin tener la estructura”, afirman. En marzo ya era una realidad.

Entre los entusiastas deportistas hay algunos que no se pierden ni un solo partido del Replasa Beti Onak y son fieles apasionados del balonmano. Incluso uno de ellos, Mac Donovan Fonkeng, es el hermano de la pivote internacional del equipo Kelly Nnonzie Fonkeng, así que tiene a la mejor profesora en casa. Todos y todas sin excepción, y en la medida de sus posibilidades, disfrutan al máximo de sus entrenamientos de balonmano.

Marina insiste en que el perfil de esta actividad “es abierto a la comunidad”, puesto que la idea “es integrar a todas las personas que quieran participar en el proyecto. Nosotras nos adaptamos a las posibilidades y a las limitaciones de cada uno. Algunas son personas con discapacidad motriz o cognitiva, o incluso ambas. Pero el que quiera y lo desee puede estar. Uno de los chicos, Íñigo, tiene un compromiso muy importante a nivel motor y participa. Otros no tienen dificultades físicas pero sí cognitivas y mentales. No hablan, no se comunican y tienen un lenguaje muy limitado, pero aun así han podido desarrollarse y jugar”, constata. Además, como psicóloga que es, recuerda que más allá de que sea el deporte el factor aglutinador de la iniciativa, no se puede perder de vista “nuestro norte, que es el encuentro y el disfrute con otras personas. En este caso el deporte es otro vehículo más, un medio. Una actividad positiva que favorece la salud mental, la salud física y la autoestima. Algo muy agradable que se realiza en compañía de los demás”.

De momento en el Popurrí Beti Onak se entrena y se disfruta, que no es poco. Pero el objetivo de sus impulsoras y coordinadoras es asentar bien la estructura. Además, ya tienen en mente próximos planes, entre ellos “hacer el año que viene un encuentro mensual con algún equipo”. “Queremos que todo el mundo viva la experiencia de nuestro equipo y que jueguen con nosotros. Por ejemplo, hablar con la categoría cadete del Malkaitz, ir a su pabellón, y hacer algún entrenamiento conjunto con ellas. Creemos que puede ser muy enriquecedor para las dos partes”.

Y es que la central argentina, todo un referente del primer equipo, ha puesto el alma y el corazón en el Popurrí Beti Onak -nombre elegido a votación por sus propios integrantes-. “Cuando los ves en la grada, en los partidos, la cara de felicidad y de alegría que tienen... Es lo más lindo”, confiesa.

UN GRAN RESPALDO

La idea impulsada por Maca Sans y su hermana Marina no sólo ha tenido una excelente acogida entre los participantes, sino que la respuesta a nivel institucional ha sido excelente. La jugadora argentina agradece mucho la implicación de su club, el Beti Onak, que desde el principio puso todas las facilidades para que se pudiera desarrollar. Luis Javier Echeverría, responsable de la sección de balonmano, tenía claro el apoyo a esta iniciativa. “Nos pareció una muy buena idea. Así como el Beti ha trabajado durante 74 años para el pueblo, incluir una nueva actividad dentro del club nos parecía una idea excelente. Estamos encantados de que todos los chicos y chicas que quieran participar se integren en el club y se sientan como uno más”.

Asimismo, y de la mano del propio Beti Onak, el proyecto también está contando con el respaldo del Ayuntamiento de Villava-Atarrabia y del Gobierno de Navarra. Y es que todo apoyo a esta iniciativa, bien sea institucional o de carácter privado en forma de patrocinio, será bienvenido. Sus sonrisas se lo merecen.