BADA HUESCA 35
HELVETIA ANAITASUNA 40
Bada Huesca (14+21) Arguillas (portero), Adrià Pérez (3), Rafael Paulo (2), Carlos Pérez (7), Frank Cordiés (7, 3p), Artur Parera (4) y Miguel Malo (4, 1p) –siete inicial–. También jugaron Gabor Decsi (portero), Óscar García (4), Ian Moya (2), Samuel Cordiés, Bruno García, Nacho Suárez (2).
Helvetia Anaitasuna (17+23) Santamaría (portero), Martín Ganuza (5), Alonso Moreno, Aitor García (2), Xavi González (13, 4p), Pablo Itoiz (4) y Samu Pereiro (6) –siete inicial–. También jugaron Cancio (portero), Ortiz, Albizu (4), Kisselev (3), Pablo Castro (1), Elustondo, Marco Moreno y Zungri (2).
Marcador cada cinco minutos 3-3, 5-5, 9-7, 10-10, 11-13, 14-17 (descanso); 18-22, 20-24, 23-26, 26-32, 30-35 y 35-40 (final).
Árbitros Josep Millán Cazorla y Roland Sánchez Bordetas (Catalunya). Excluyeron a los locales Frank Cordiés (2), Artur Parera, Ian Moya y Rafael Paulo; y a los visitantes Pereiro (2), Albizu, Aitor García y Kisselev.
Pabellón Palacio de los Deportes de Huesca, ante 1.149 espectadores.
Era un partido marcado en rojo. De los que había que ganar casi por obligación, para no hundirse más en el pozo. Y el Helvetia Anaitasuna respondió. Venció este domingo en tierras oscenses por 35-40 al Bada Huesca, que se ha convertido en un rival directo por la permanencia, y cogió aire tanto en la tabla como en el alma. Un triunfo –el primero lejos de La Catedral esta temporada– cimentado en el juego colectivo, pero que tuvo sin duda un protagonista indiscutible: Xavi González. Al extremo zurdo navarro, que en unos días cumplirá 20 años, le salió todo bien, también en defensa, y firmó 13 goles –cuatro desde los siete metros– con pleno de efectividad.
Los dos equipos llegaban a la cita empatados a cinco puntos y con la urgencia de no descolgarse. El conjunto de José Nolasco, mermado por las lesiones, aguantó bien el pulso en una primera parte intensa, muy igualada y en la que los goles se sucedían en una portería y otra. Con todo, tanto Daniel Arguillas en el Huesca como Dani Santamaría en Anaitasuna funcionaron bajo los palos y tanto el uno como el otro detuvieron un siete metros en este primer acto.
El equilibrio en el juego y en el marcador se sucedía, como lo demuestra el 10-10 obra de Zungri con el que el encuentro encaraba los últimos diez minutos. Arguillas impidió hasta en tres ocasiones a Adrián Ortiz anotar, una en un mano a mano tras una contra, pero ahí estaban otros compañeros para mantener al Helvetia metido en el partido. Pereiro, tras una intervención de Santamaría, ponía el 11-12 en el electrónico, lo que obligaba a Nolasco a pedir tiempo muerto. Los de Quique Domínguez empezaron a aprovechar a la perfección los errores de lanzamiento que comenzaba a encadenar el Huesca, al igual que las exclusiones de Parera e Ian Moya. Los goles de Xavi González –campeón del Mundo y de Europa con las selecciones inferiores– empezaron a ser claves y a la fiesta se sumaba Samu Pereiro, con sus buenas internadas en la defensa rival. El lateral gallego, con un tanto en apoyo, puso cuatro goles de renta para los suyos (12-16, m.28), que finalmente se reducirían a tres al descanso (14-17).
Se trataba de una ventaja esperanzadora, pero para nada definitiva, con toda la segunda parte por disputarse. El Helvetia Anaitasuna salió con mayor intensidad ofensiva que su rival en la reanudación. Oleg Kisselev se estrenó incluso como goleador, con dos dianas, una de las cuales elevaba a cinco la brecha navarra (16-21, m.33).
Lejos de que el encuentro se torciera, como en varias ocasiones ha pasado en las segundas partes esta temporada, al Helvetia se le veía atacar con confianza. Tanta que hasta se permitía el lujo de anotar de fly, como lo hizo Xavi González tras recibir de Martín Ganuza. Una jugada marca de la casa.
El Bada Huesca intensificó su defensa y metió una marcha sustentándose en el acierto de Frank Cordiés. De esta forma se hizo con un parcial de 3/0 que obligó a Quique Domínguez a parar el tiempo. Una decisión que fue mano de santo. Xavi González, con definiciones brillantes, continuó con su recital. Incluso, anotó desde su campo tras robar en defensa. Kisselev aumentaba su cuenta particular hasta contragolpeando. Y la exclusión de Rafael Paulo contribuyó a poner una renta máxima hasta entonces de siete goles (23-30, m.47).
Con todo, el Bada Huesca no tiraba el partido, consciente de la relevancia de los puntos. Carlos Pérez desde el extremo derecho y Frank Cordiés, con eficacia también desde los 7 metros, mantenían la esperanza para su equipo, que empezó a defender casi en individual para tratar de frenar los ataques del Helvetia. Aunque la distancia se redujo, esta era demasiado amplia. Los navarros estaban muy metidos y concentrados, y tenían a Xavi González en estado de gracia. La victoria –tercera de la temporada– se iba, por fin, para Pamplona.