La cena es para muchas personas la mejor comida del día. Tras una interminable jornada repleta de actividad, nos sentamos a la mesa solos o en familia para disfrutar de la comida más reposada del día.

Si entre tus objetivos está perder algo de peso, ya sabrás que tan importante como cuidar qué comemos es cuándo lo comemos. Cenar demasiado tarde hará que te acuestes con sensación de pesadez de estómago, ya que aún no habrás hecho la digestión. 

Además, una cena tardía provocará en nuestro organismo un incremento de los niveles de azúcar en sangre. Almacenaremos la energía sobrante y la convertiremos en grasa, lo que se traducirá inevitablemente en unos kilos de más. 

Una forma eficaz de controlar el peso es seguir los principios de la crononutrición, la filosofía que sugiere que nuestros relojes corporales regulan nuestro metabolismo y nuestro sueño. 

Está basada en la teoría "desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo", es decir, hacer las comidas más copiosas al principio de la jornada e ir reduciéndolas conforme avanza el día, siguiendo así el reloj biológico del cuerpo.

Pollo asado y ensalada dispuestos para ser degustados. Freepik

La mejor hora para cenar

Aunque los horarios de las comidas van a depender de cada persona y de sus circunstancias, los expertos en nutrición coinciden en que existe una franja en la que podemos cenar sin engordar: deberíamos tomar la última comida del día entre las siete y las ocho de la tarde.

Además, un estudio elaborado por el Instituto Salk para los Estudios Biológicos de San Diego (EEUU) ha descubierto que lo más recomendable para no coger peso es hacer todas las comidas del día en una franja de 12 horas. Es decir, que si desayunamos a las 8 de la mañana, deberemos cenar a las 8 de la tarde. 

Una vez que conocemos la hora más adecuada para cenar, deberemos tener en cuenta qué cenamos. Los alimentos más recomendables para la última comida del día son aquellos ricos en proteínas con triptófano. Este aminoácido se convierte en melatonina cuando es procesado por el cuerpo y eso te ayudará a conciliar el sueño. Puedes encontrarlo en los plátanos, las nueces, la carne blanca, el pescado y los huevos.

Si te resulta imposible cenar tan pronto, puedes merendar algún tentenpié rico en proteínas, como un yogur griego o un puñado de frutos secos, para llegar a la cena con menos hambre. Dar un paseo de entre media hora y una hora después de tomar una cena, eso sí ligera y saludable, también puede ayudarte a controlar el peso.