Septiembre es un mes que siempre trae consigo la sensación de comenzar de nuevo, como ocurre después de Navidad pero con unos rayitos más de sol. Retomamos rutinas, cambiamos la agenda y hasta nos planteamos pequeños propósitos. El cabello también forma parte de ese reinicio, porque tras semanas de exceso de sol, cloro y sal, necesita un cuidado extra y ahora es un buen momento para recuperarlo, renovarlo y estrenar imagen. Igual que cambiamos de agenda, de zapatos o de propósitos, nuestro pelo agradece ese reset después del verano.

Lo primero que tenemos que hacer es entender qué ha ocurrido durante el verano en nuestro pelo. La radiación solar degrada la queratina natural del cabello, lo vuelve más poroso y reseco; el agua del mar y de la piscina arrastra minerales y altera el color, apagándolo o generando reflejos indeseados; y las altas temperaturas hacen que el cuero cabelludo se irrite con facilidad y pierda equilibrio. ¿El resultado? Puntas abiertas, falta de brillo, pérdida de densidad visual y, en muchos casos, un tono que ya no favorece. Detectar estos signos es el primer paso para aplicar el tratamiento adecuado.

Primer paso: cortar para sanear la melena

Mucha gente piensa que sanearse las puntas significa perder la forma del corte, y nada más lejos de la realidad. Un saneamiento bien hecho no implica un cambio radical de look, sino recuperar movimiento y cuerpo.

Eliminar las puntas abiertas refuerza la melena y evita que el daño avance. Incluso un corte de apenas dos centímetros puede marcar la diferencia entre un cabello apagado y otro lleno de vida, y tras la época veraniega es el momento perfecto para hacerlo. Un pequeño gesto que se traduce en un gran impacto en la imagen.

Segundo paso: tratamientos reparadores

Cuando el cabello ha pasado un verano intenso necesita un aporte extra de cuidado. Los tratamientos en salón son clave porque actúan en profundidad y con resultados inmediatos. Entre los más efectivos están las terapias de hidratación intensiva, que devuelven elasticidad; los tratamientos con proteínas, que reconstruyen la fibra desde dentro, o los detox capilares, pensados para eliminar residuos y preparar el pelo para absorber mejor los nutrientes.

Lo importante es personalizarlo según el caso, porque no todos los cabellos tienen las mismas necesidades. Esa es la diferencia entre aplicar una mascarilla genérica en casa o dejarse guiar por un profesional.

Tercer paso: el color.

El sol suele deslavar los tonos y dejar un efecto apagado. Aquí entran en juego las técnicas de corrección y revitalización. Un baño de brillo devuelve luminosidad sin comprometer la salud del cabello. Los matices ayudan a neutralizar reflejos verdosos, anaranjados o amarillentos... En definitiva, una corrección del color, hace que nuestra melena proyecte una imagen vibrante y con un aspecto más sano.

Cuarto paso: el cuero cabelludo, el gran olvidado

Muchas veces ponemos toda la atención en la melena y nos olvidamos de la base que la sostiene. Tras el verano, el cuero cabelludo puede estar más sensible, con descamación o exceso de grasa. Un exfoliante suave cada quince días o una vez al mes es una terapia de lavado muy beneficiosa para la salud capilar. Para ello, realiza masajes circulares para estimular la microcirculación y eliminar las impurezas de la piel, y finaliza con productos calmantes que ayudan a protegerlo y equilibrar el Ph de la piel. No debemos olvidar, que un cuero cabelludo sano es garantía de un crecimiento capilar fuerte.

Quinto paso: mantenimiento en casa

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El salón marca el punto de partida, pero la rutina diaria es lo que asegura resultados duraderos. No hacen falta diez productos, sino los adecuados y en el orden correcto: desde un champú suave que limpie sin arrastrar en exceso, un acondicionador reparador para desenredar, una mascarilla semanal o quincenal como extra de nutrición y, sobre todo, un protector térmico antes de usar secador o plancha.

La aplicación es tan importante como el producto. No se debe olvidar que respetar los tiempos de exposición recomendados hace que el tratamiento actúe con resultados óptimos. Además, también es importante no abusar de las cantidades, porque aplicar más cantidad no va a hacer que se repare mejor, al contrario, puedes saturar el cabello de producto.