Kiska, apodada "la ballena más solitaria del mundo" por la asociación Whale Sanctuary Project, ha fallecido a la edad de 47 años de una infección bacteriana en un acuario en Canadá, tras pasar más de 11 años viviendo en cautiverio y totalmente aislada de otros animales.

La vida de Kiska es una vida de dolor y soledad. Durante sus más de 40 años, perdió su libertad, sus bebés y a todos sus compañeros de tanque.

La orca fue capturada en Islandia en 1979, cuando tenía aproximadamente tres años. A partir de entonces pasó a vivir en cautividad en un acuario en este país, donde compartió espacio con otras cuatro orcas, entre ellas la famosa Keiko, conocida por haber protagonizado la película 'Liberad a Willy'. Poco después, fue vendida al parque canadiense Marineland, donde pasaría el resto de su vida.

Kiska se tuvo que enfrentar a varias dificultades durante su estancia en el parque acuático. A lo largo de su vida perdió a sus cinco ballenatos y tuvo que soportar la marcha de su compañero de acuario, Ikaika, en 2011. Desde entonces, la orca ha vivido sola en su emplazamiento. Según PETA, Kiska pasó sus últimos años aislada en un tanque restrictivo, nadando en bucle haciendo círculos. En 2021, comenzaron a circular por internet imágenes de la orca golpeando su cabeza contra las paredes del acuario.

Cabe destacar que los expertos remarcan que las orcas son animales extremadamente inteligentes y sociales que viven en manadas de 5 a 30 ejemplares y dan una gran importancia a los lazos familiares, especialmente los que se forman entre madres e hijos. Por ello, mantener a uno de estos animales en cautiverio es extremadamente traumático e incluso equivalente a la tortura.

Si Kiska no hubiera sido capturada, hubiera aprendido a cazar en grupo e incluso a comunicarse con otros miembros de su manada en su propio dialecto. En libertad, estos cetáceos viven una media de 100 años las hembras y 80 los machos.