la retirada de Chente García Acosta no ha dejado indiferente al mundo de los pedales. Las 17 temporadas como profesional del infatigable rodador tafallés le han servido para granjearse el respeto de todo un pelotón, ya fueran compañeros de equipo o rivales. Chente se va, pero se lleva grandes amigos, el cariño de los aficionados al ciclismo y un buen puñado de elogios.
El año de su debut, allá por 1995, Miguel Induráin se enfrentaba al que fue su quinto Tour consecutivo. El corredor de Villava recuerda perfectamente cómo fueron sus inicios: "Entonces ya apuntaba maneras. Venía de ganar la Vuelta a Navarra, y desde el primer día se vio que tenía muchas ganas de aprender. Era espabilado y asimilaba rápido cualquier cosa que le dijeras. No era un ciclista de los denominados ganadores, pero buscó el hueco para hacer otro trabajo. Algunos no se adaptan y otros enseguida buscan su lugar. Él lo hizo, se adaptó rápido y además ha logrado victorias importantes. Hoy en día parece que lo único que vale es ganar. Pero el trabajo que ha hecho Chente lo ha hecho muy bien. De hecho, muchos de los que están ahora en el pelotón han aprendido de él. En el ciclismo profesional nadie regala nada, y Chente siempre ha respondido a la confianza que depositaban en él".
los inicios Uno de los artífices de que Chente García Acosta haya llegado tan alto es José Luis Jaimerena, director deportivo del Movistar Team. Él fue quien, después de mucho insistir, logró convencerle para enrolarse en el equipo aficionado del Banesto. También fue suya la decisión de subirle al equipo profesional, aunque, como él mismo reconoce "el mérito fue de Chente. Era un ciclista que destacaba por su corpulencia y por lo bien que andaba. En aficionados ya se intuía que tipo de corredor podía llegar a ser: era una mula laboriosa. Había otros más ganadores, pero él pasó el corte. Buscábamos ese tipo de perfil. Me recordaba al Marino Alonso de aquellos años, y el tiempo nos ha dado la razón. Su trabajo es digno de reconocimiento. Pocos hay como él". Jaimerena recuerda con especial cariño la victoria de Chente en 1997 con la ascensión al Naranco. "Para mí fue muy bonita. Cuando gana un hombre de este perfil te alegras más porque es gente que no tiene muchas oportunidades. Y si es de casa aún más".
compañero de batalla El ciclista Pablo Lastras ha compartido toda una vida profesional con Chente desde que debutara en Banesto en 1997. Al igual que el de Tafalla, siempre ha defendido el maillot del mismo equipo, y les une una gran amistad. A raíz de su retirada, el madrileño publicó un emotivo artículo en su página web pablolastras.es titulado: Txente, la gorra siempre para atrás. En él narra con elegancia algunas batallas en la carretera, y en persona su discurso no varía mucho: "Las palabras clave que definen a Chente son compañerismo, solidaridad, seriedad y lealtad. Siempre decimos que todos somos imprenscindibles, pero realmente Chente lo era. Como ciclista siempre ha sido demasiado generoso y bondandoso. Y esa ha sido la clave de su éxito, así se ha ganado el respeto de todo el mundo. Es impresionante ver la afición que tiene. Yo he ido con un grupete de corredores, gente conocida como Pereiro, Rubiera... y los aficionados solo llamaban a Chente. Él siempre tenía una sonrisa, un gesto o una palabra para el aficionado. Era increíble. Ahí te das cuenta de su grandeza, del respeto que todo el mundo le tenía. Chente intentaba darle sentido al oficio, dignificar esto, y es de los pocos que lo ha conseguido. También es destacable su lealtad a una casa. Podía haberse ido y ganar más dinero, pero apostó por la tradición y la familiaridad. Eso es todo un ejemplo y algo inusual en estos días".
también en twitter Si la página web de Lastras homenajeaba a su compañero, el twitter de Óscar Pereiro, campeón del Tour de Francia en 2006, no se quedaba atrás y amanecía hoy con una pregunta: "¿Hacemos un Trending Toppic por Chente? Venga va!!!!" Y es que bajo la etiqueta #grandeChente de la red social se acumulan los piropos de un sinfín de animadores. Óscar Pereiro es uno de ellos: "Se retira un gran deportista, mejor persona y uno de mis mejores compañeros", comenta el gallego en su twitter. Poco después insiste y vuelve con los piropos: "Un tipo extraordinario donde los haya, un crack en toda regla. Un gregario de lujo. Un cata crack!!". Lejos de las nuevas tecnologías, a través de una convencional llamada telefónica, las palabras de Pereiro denotan que Chente ha dejado huella: "No te esperas su retirada. Entiendes que puede llegar por la cantidad de años, aunque sabíamos de la ilusión que él tenía por continuar. En cualquier caso, es una bestialidad lo que ha aguantado como profesional, y el nivel con el que lo ha hecho. Siempre ha sabido adaptarse, y siempre cumplía. Ni el mismo Eusebio Unzué podrá decir una carrera en la que Chente haya estado por debajo de su nivel. Por encima ha estado muchas veces, pero por debajo nunca. Es un auténtico ejemplo para cualquier chaval. Para mí, nos deja uno de los ciclistas más profesionales, una de las mejores personas y uno de los mejores compañeros".
chente, 'conquistador' Pereiro destaca las cualidades humanas de Chente: "Es el típico tío que en cuanto lo conoces te conquista. Es puro corazón, transparente. Si tiene algo que decirte te lo va a decir a la cara. Es un tipo sanote, puro. Chente estará en esa mochila que te llevas cuando te mueres". Las buenas palabras abundan en el discurso de Óscar Pereiro. No en vano, Chente fue su gregario el año en que se enfundó el maillot amarillo del Tour: "Igual también estoy diciendo todo esto como agradecimiento por todo lo que hizo aquel año. Psicológicamente, su ayuda fue muy importante. Estaba allí en todo momento. Sentía y vivía cada una de las etapas como si el maillot amarillo fuera suyo. En carrera veías que Chente ya no podía, que estaba desfondado, y aun así aparecía de nuevo, casi babeando y con la lengua fuera, dándolo todo. Era impresionante. Se va a hacer raro no verle más en el pelotón, intentando liarla a la mínima que pueda".
El speaker alsasuarra Juan Mari Guajardo, imprescindible en cualquier evento ciclista que se precie, debutó con el micrófono en la Vuelta a España el mismo año en que Chente lo hacía sobre la bici. Narró la primera etapa que ganó el ciclista navarro, en 1997, y también la última en 2006, después de que atacara a un kilómetro de meta en la Vuelta a Castilla y León. "Va a ser extraño comentar una etapa sin él, sin un profesional como la copa de un pino. Es un gregario de lujo, de esos que siempre se recuerdan, que da el 100% por sus compañeros. Y ha sabido aprovechar sus oportunidades. Se ha ganado el respeto del pelotón a pulso por ser profesional, estar siempre a disposición de sus compañeros, ayudar y saber regular. Después de su victoria en el Naranco en 1997, recuerdo que fui a saludarle y me dijo: Joder Juan Mari, la que hemos liado".
amistades de banesto Otro compañero de Chente en el Banesto fue Xabier Zandio. Para el ciclista de Pamplona, "dejarlo ha tenido que ser muy difícil para él, pero tiene que ser bonito retirarte estando a un gran nivel, poder decidir el día de tu retirada. Chente se ha ganado el cariño de todo el mundo por su manera de ser. Es un tío muy abierto, hablador. Y siempre tenía un buen consejo para la gente que estaba empezando. Además, era un trabajador nato que siempre lo ha dado todo por sus compañeros".
David García Marquina, ciclista, amigo y paisano de Chente, tiene muy claras las claves del éxito del tafallés: "Ha demostrado que mientras tengas ganas e ilusión te irá bien. Llevaba 17 años como profesional, y eso son muchos años. Además en un equipo como el que ha estado, con mucha responsabilidad, siempre con grandes líderes. Estuvo con Induráin, Olano, Zulle, Pereriro, Valverde... eso ya te demuestra quién es Chente, la seguridad que daba. Siempre que fuera necesario echar mano de alguien, ahí estaba Chente. Era muy completo en todos los aspectos. Porque ser ciclista no es solo montarte encima de la bici. Chente servía de ejemplo para los chavales que llegaban nuevos, y en carrera era un hombre de equipo al que además, si le dabas el día libre, resolvía".
También le recuerda su jefe de filas del Banesto en 1999 y 2000, Alex Zulle. Chente fue uno de sus principales lugarteniente. "Tengo muy buenos recuerdos de Chente", comentaba ayer desde Suiza. "Me ayudaba siempre y, por su fuerza, era un corredor muy importante para mí en las etapas llanas, sobre todo en las de viento. Y fuera de la carrera, era simpático, muy simpático, alguien que se llevaba bien con todo el mundo. No se podría decir nada malo de él ni como persona ni como ciclista".