Paula Ostiz se ha proclamado campeona del mundo júnior en Ruanda. La navarra ha sido la más rápida de un grupo reducido en el repecho final de la prueba de ruta del Mundial de Ciclismo de Kigali 2025. La pamplonesa, de 18 años y del equipo Movistar, consigue así el segundo maillot arcoíris de campeón del mundo de fondo en carretera de la historia para Navarra, tras el logrado por Miguel Morrás en la prueba júnior masculina de 1994 en Quito, Ecuador.
A la tercera ha sido la vencida. Paula Ostiz se ha colgado el oro tras haber sido plata en la prueba júnior de fondo en los Mundiales de Zúrich del año pasado, y después de repetir este mismo martes segundo puesto en la crono júnior de los Mundiales en Ruanda.
La pamplonesa ha sido la mejor en una prueba de 75 kilómetros y más de 1.500 metros de desnivel que ha completado en 2 horas, 9 nueve minutos y 19 segundos, a un promedio de 34,334 km/hora. Ostiz ha atacado en el momento justo, a 100 metros de la meta en un duro repecho final para imponerse a sus rivales. La italiana Chantal Pegolo ha sido plata y la suiza Anja Grossmann, bronce.
Ha sido una carrera muy táctica, muy controlada y que se ha decidido al esprint en el muro final. El pelotón ha sido siempre muy numeroso y apenas han buscado desarbolarlo Grossmann, al final medalla de bronce, y la neerlandesa Roos Muller, todo el rato de atrás hacia adelante.
Ha sido tal la calma hasta el final, o el dominio de Ostiz, que la carrera se ha lanzado a poco de meta, lo que ha durado el esprint incontestable de la ganadora en un pulso de cinco ciclistas. Neira, la segunda española, colosal apoyo para Ostiz, ha llegado en el siguiente grupo, a 6 segundos de las medallistas.
"Un sueño hecho realidad"
La navarra ha cruzado con los brazos en alto y un gesto de rabia y emoción la línea de meta. "Es un sueño hecho realidad. Tengo mucha felicidad encima, solo lo quiero disfrutar con mi familia y la gente que me rodea en el día a día", ha dicho nada más proclamarse campeona del mundo.
Además, Paula Ostiz ha reconocido la dificultad de la prueba. "Sabía que me tenía que guardar hasta el final, tenía un pequeño calambre y me tenía que guardar para el esprint".
Por último, ha querido agradecer a Imanol Etxarri, su entrenador, y a su familia todo el trabajo y el apoyo brindado.