MADRID. Hace mucho que estas dos aficiones van de la mano. Konami se dio cuenta en su momento del filón que tenía delante y en 1997 decidió dar un giro completo creando un juego de fútbol que apostaba por la simulación total. Winning Eleven 97, o como se le conoció en Europa, ISS Pro, después Pro Evolution Soccer (PES), entró en el mercado de los videojuegos como un elefante en una cacharrería sentando las bases para reinar en los verdes campos virtuales durante diez años.

A pesar de que dominó durante dos generaciones completas, con la llegada de la actual remesa de consolas se acabó su hegemonía. La llegada de Pro Evolution Soccer 2008 calmó las ansias de los usuarios de Playstation, que veían como su PS3 estrenaba la saga. El resultado fue un estrepitoso fracaso que le costó a Konami perder un trono que no ha vuelto a recuperar. FIFA ha sido desde hace algunos años la referencia.

Después de años de promesas, en su mayor parte incumplidas, y de ver cómo en las últimas entregas el juego se ha ido acercando a lo que un día fue, con esta nueva versión Konami nos ofrece su mejor cara, y aunque tiene aún mucho margen de mejora es una experiencia muy cercana a lo que en su momento nos ofreció el que fuera el rey de los juegos del deporte rey.