Cuando la solidaridad apagó el odio que circula por las redes sociales
Muchas personas utilizan la redes sociales a diario, y el hecho de que se llamen redes sociales les lleva a pensar que son herramientas para socializar con otras personas
Las redes sociales se venden a sí mismas como herramientas de conexión entre personas. Yo creo que más que conectar unas personas con otras, las redes sociales ayudan a que unas personas se comuniquen con otras, porque la palabra conexión, al utilizarla en el contexto de relaciones personales, yo la entiendo con un componente de entendimiento y complicidad que generalmente sólo tenemos con algunos familiares, amigos o parejas.
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Al utilizar las redes sociales, los usuarios no se sienten más cerca de otras personas, entendiendo cerca como acompañadas, entendidas, apoyadas. De hecho, cuanto más se comienzan a utilizar las redes sociales, muchas personas se sienten más solas. Además de la desconexión que sienten con las personas que tienen físicamente cerca como vecinos, compañeros de trabajo, gente con la que hacen deporte en el gimnasio, otras personas que también van con niños al mismo parque o gente que se encuentra en la calle o haciendo la compra, no encuentran una conexión significativa con otras personas a través de las redes sociales.
Sentimiento de soledad
Las redes sociales se venden a sí mismas como una solución al sentimiento de soledad, cuando en la mayoría de casos lo agravan. El sentimiento de soledad tiene una parte de incapacidad de comunicarnos con los que nos rodean, de explicarles cómo nos sentimos, tiene un componente interno.
Crisis de valores
En la sociedad actual, además de una crisis de valores, creo que también hay una crisis de identidad. Tenemos un concepto un poco confuso del término identidad, y como consecuencia nos sentimos confundidos con nuestra propia identidad. En las redes sociales muchas personas intentan encontrar a otras que compartan los rasgos o características que identifican principalmente como su identidad (religión, pensamiento político, género, sexo, movimientos sociales…). Y se encuentran con gente igual, pero sin embargo no se sienten conectadas. A lo mejor es porque la identidad se construye con un montón de componentes diferentes, aunque muchas personas se empeñan en elegir solamente uno.
Muchas personas solo quieren relacionarse con otros que se identifiquen de la misma forma en la que se identifican ellas, dejando de lado a miles de personas en las que podrían encontrar compañía, amistad o complicidad. Es curioso que en un mundo en el que gran parte de la población vive en ciudades o pueblos grandes, rodeada de miles y miles de personas, esa misma población se sienta cada vez más sola.
Apagón y solidaridad
¿Y a qué viene todo esto? Todo esto viene a que cuando se va la luz, cuando se caen las comunicaciones, solamente nos queda la gente que tenemos alrededor. En esos momentos de confusión e incertidumbre, muchas personas por primera vez en su vida se dan cuenta de que tienen al lado a personas que les quieren ayudar, personas con las que pueden entenderse aunque no se conozcan.
Es entonces cuando formamos las verdaderas redes sociales, las compuestas por personas que tenemos cerca. Personas con pensamientos diferentes, con religiones diferentes, con procedencias diferentes, con colores de piel diferentes, con culturas diferentes y algunas veces opuestas... Porque hay una cosa que nos une frente a todas las que nos separan y es que todos somos personas.
El odio que se destila en las redes sociales contrasta con la solidaridad que se palpa en el mundo físico cada vez que ocurre algo importante. Y no puede haber solidaridad sin un poquito de amor. A lo mejor, después de todo hay esperanza para nuestra sociedad. A lo mejor, a pesar del espectáculo que la clase política nos ofrece un día sí y otro también, la sociedad está más unida de lo que les gustaría a aquellos que solamente ven votos cuando miran a las personas.
A lo mejor es el propio modelo de negocio de las redes sociales el que hace que las redes sociales distorsionen la percepción que tenemos de la realidad para mostrarnos solamente el lado oscuro amplificado de una parte de la sociedad como si fuese la sociedad en su conjunto. A lo mejor a todos nos vendría muy bien pasar menos tiempo en las redes sociales digitales y pasar más tiempo construyendo redes sociales humanas con las personas que tenemos alrededor.
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