Cada día usamos numerosos dispositivos electrónicos que, para cargarse, necesitan conectarse a la corriente: ordenadores portátiles, tabletas, relojes inteligentes, auriculares, teléfonos móviles y más. De hecho, muchas veces aprovechamos la noche para recargar la batería y así, al día siguiente, tenerlos a pleno rendimiento. Puede que de vez en cuando usemos algunos cargadores con más frecuencia que otros. Por ejemplo, el del móvil suele ser el más utilizado. A raíz de eso, se ha popularizado la práctica de dejarlo enchufado todo el tiempo, lo estemos usando o no. Pero, ¿es peligroso hacerlo?, ¿hay algún coste extra al dejar el cargador enchufado todo el tiempo?

El cargador enchufado todo el día

Hay que recordar que cada cargador es distinto. El uso para el que está destinado marca la diferencia: no es lo mismo dejar el del ordenador que el de la bici eléctrica, tampoco se compara el tener una regleta llena de ellos. Por tanto, uno de los principales conceptos asociados a esta práctica repetitiva es el ‘consumo fantasma’. Este término se refiere a la energía que consumen ciertos dispositivos cuando se encuentran conectados a la red eléctrica, pero sin uso activo.

Consumo fantasma: cuánto representa

Dejar los cargadores enchufados no suele reflejar una enorme cantidad de dinero en la factura mensual, pero con el alto coste de vida al término del año puede suponer un gran ahorro. Así que es mejor quedarse con el dinero que dárselo a otro, y tan solo depende del simple gesto de desenchufarlo. Otro motivo importante para hacerlo es por el peligro potencial de sobrecarga o sobrecalentamiento. Si bien es cierto que los cargadores modernos cuentan con tecnologías para minimizar el consumo y sistemas de gestión inteligente, el riesgo nunca es nulo.

Desgaste de cargadores: qué se debe hacer

El desgaste de cargadores puede aumentar las probabilidades de fallas o cortocircuitos, especialmente si permanecen enchufados durante largos períodos sin supervisión. Por ello, se recomienda utilizar cargadores certificados y evitar productos genéricos sin controles de calidad, ya que esto mejora la seguridad del dispositivo como del sistema eléctrico. Los cargadores modernos suelen ser seguros y, en teoría, consumen poca energía cuando no se usan. Se aconseja considerar la posibilidad de desenchufarlos de todo modos. Además, si un cargador se recalienta más de lo habitual, hace ruido o presenta daño es momento de sustituirlo y, sobre todo, evitar dejarlo enchufado constantemente.