Elvis, la película sobre el rey del “rock and roll” dirigida por Baz Luhrmann , es en realidad el relato de su ambicioso y agresivo representante, Tom Parker, que lo acompañó toda su vida y que está encarnado en el nuevo filme por un irreconocible Tom Hanks.

“Yo también tuve un agente que decía que no sabía nada y me obligaba a hacer lo que él quería”, recuerda el actor en una entrevista sobre el filme biográfico, que se estrena hoy.

Si en algo se centra esta película, dirigida por el artífice de títulos como Moulin Rouge (2001), es en la complicada relación que mantuvo el artista con el empresario que descubrió su talento y gestionó, entre aciertos y errores, su astronómica carrera. Algo que Hanks, con un trayecto que abarca más de cuatro décadas, comprende a la perfección. “Aprender a decir que no fue una de las lecciones más difíciles de mi vida”, reflexiona.

A raíz de ese cambio llegaron papeles –Forrest Gump, Philadelphia– que convirtieron a Hanks en uno de los rostros más queridos de la gran pantalla. “Y eso no significa que siempre tengas éxito. He hecho muchas películas malas, pero mientras hagas una decente cada tres o cuatro, te va bien en este juego”, explica.

Elvis nunca dijo no

El esperado largometraje cuenta los altibajos, los aciertos y los fracasos de Elvis Presley, icono del “sueño americano” y estrella global de la música que, durante toda su carrera, contó con un hombre de confianza que podía llevarse hasta el 50% de sus ganancias.

Porque ante todo, la cinta biográfica de Presley (encarnado por Austin Butler) es la historia de una estrella que nunca aprendió a decir no.

El filme arranca con un irreconocible Hanks en el papel de Tom Parker, también conocido como el Coronel, un empresario circense que encontró en el joven Presley el espectáculo definitivo para hacerse de oro. Parker creó al icono, y lo acompañó en todo su periplo hasta 1977, cuando murió con 42 años extenuado por el ritmo de conciertos que su representante contrataba y el músico nunca rechazaba. “Fue un hombre que hizo grandes cosas por razones correctas y cometió errores por razones también correctas. Eso es fascinante –apunta el actor–. No me interesaba el papel de un villano”.