“Nada como esto se había hecho antes”, afirma el director de la casa de subastas británica Bonhams, Charlie Thomas. Y no es para menos, ya que reunir más de 450 artículos que han formado parte del atrezo de una serie tan emblemática y exitosa como The Crown, no tenía precedentes. Y ayer, un par de meses después de que la serie pusiera punto final, se consumó.

“Es un acceso sin precedentes a las bambalinas de una de las series más populares de la historia de la televisión”, resume Thomas, quien subraya además, entre otras cosas, “la diversidad de los lotes, que hace que cualquier admirador, con cualquier presupuesto” haya podido participar y “comprar un pedazo de historia”.

Toda esta iniciativa no se ha limitado a la jornada de subasta presencial, sino que durante unas semanas previas que han coincidido con un tiempo de puja virtual, el público ha podido acercarse a lo que Thomas definió como una “experiencia inmersiva” en el centro de Londres. Y es que todos los artículos que han salido a subasta han permanecido expuestos para que, o bien quienes quisieran pujar pudieran ver en directo ese objeto deseado, o bien quienes no quisieran o no pudieran hacerlo pero hayan sido seguidores de The Crown, hayan podido saciar su curiosidad de ver todo de cerca, como buenos mitómanos de la serie.

Para todos los gustos

En la medida en que The Crown “no es sólo una serie británica, es una serie vista y amada en todo el mundo” y visto el interés despertado por esta convocatoria, señalan desde la casa Bonhams, esperaban que lo subastado tomara muy diferentes rumbos, desde Europa hasta Estados Unidos pasando por Oriente Medio.

En la larga lista de objetos había desde fotografías y cuadros hasta un trono o una réplica del carruaje encargado por el rey Jorge III en 1760 pasando por muchas piezas de vestuario. Aludiendo a esta réplica del llamado Gold State Coach, contaban desde la casa de subastas que no se podía encontrar “una réplica de este carruaje en ningún otro lugar en el mundo, y que funcione. Si tienes seis caballos, o quizá dos, los amarras y puedes darte un paseo”. Aunque eso sí, el paseo saldría caro, aproximadamente unos 58.000 euros. También estaba disponible una réplica del trono de la coronación, la Silla de Eduardo, del año 1300, cuyo precio rondaba los 20.000 euros. 

Las piezas de vestuario no se han quedado atrás en el precio. Diseños de Amy Roberts para que la actriz Elizabeth Debicki interpretara a Diana de Gales, como el icónico vestido azul que lució en Cannes en 1987, o el vestido de coronación de Isabel II utilizado al inicio de la serie por la actriz Claire Foy valorado en casi 35.000 euros, estaban en la lista.