HaY cifras cuyo origen es incomprensible como la que habla de que los conductores que discuten con sus copilotos corren el mismo peligro de accidente que si fueran borrachos. Otra de estas cifras habla de que ver fútbol por televisión reduce en un 8 por ciento el dolor. Vamos que ojo con la Eurocopa porque van a aprovechar cada partido de la selección para darnos una mala noticia. Un golpe bajo que lo iremos asumiendo mejor mientras vemos el juego romo de Xabi Alonso a Iniesta o del otro Xabi a Silva. Quizá después de todo Rajoy se fuera el pasado domingo al fútbol por pura prescripción facultativa. Y es que después de aceptar el rescate, o lo que sea, dijo que lo que más le apetecía era pasar el día viendo en la tele cómo ganaban los españoles. Da miedo que los presidentes vean tanto la tele en lugar de qué sé yo: repasar informes, aprender mandarín o revisar las cuentas de los bancos. Pero no. Rajoy prefiere hacer patria acudiendo a la inspiración de Nadal, agitando un banderín de Alonso en la F1 y animando al Niño Torres para que siga desperdiciando ocasiones.
Los que están desperdiciando el tiempo son los de TVE. Tanto en su primer canal como en la 2, su apuesta contra la crisis está en los documentales sobre mafiosos y terroristas islamistas. Productos con la fecha de caducidad más caducada que el carné de conducir de Franco (no me he resistido al chiste). Un apaño con el que no van a ir muy lejos a la hora de conseguir audiencia. Lo último en productos fuera de onda ha sido la programación de viejos capítulos de El hombre y la tierra a media tarde. No digo yo que sea mala idea pero visto un poco antes los planos de National Geographic con sus cámaras de alta velocidad siguiendo a los guepardos en el Serengeti, los zoom de Félix parecen de aficionados y muy viejos.