"del barco de Chanquete no nos moverán; del barco de Chanquete no nos moverán..." Fue una canción protesta de uno de los capítulos de Verano azul, en el que al viejo marinero le querían desahuciar de su casa varada en la arena de la playa de Nerja. Hace más de tres décadas desde que aquella serie desembarcó en TVE dando un poco de aire fresco a una programación dominada por el fútbol, las tonadilleras y los telediarios. Los que siguieron la serie saben que aquella embarcación se llamaba La Dorada. Sigue allí, aunque en un estado tan lamentable que la alcaldesa -que es del PP, todo hay que decirlo- de la ciudad malagueña va a pedir los 36.000 euros que vale la reparación a TVE . Es decir, nos lo pide a todos. Vamos, que no supone más que 1 céntimo por cabeza por restaurar un hito televisivo de finales de la década de los 70. Aunque no creo que esta manera de recaudar tenga mucho éxito. No hay más que ver el destino del famoso yate de Franco que tantos NODO protagonizara y que el año pasado fuera machacado y mandado a la chatarra. Eso sí: salvaron para la historia los asientos y el letrero con el nombre de El Azor. Y ya puestos a superar el franquismo y la transición por los barcos, no se puede olvidar El Fortuna, aquel lujazo que le regalaron -o lo que sea- los empresarios al rey Juan Carlos. Ahora no saben cómo pedir que se lo devuelva. En fin, malos tiempos para la náutica y para el Borbón. El jueves pasado la televisión portuguesa sacó a la luz un documental en el que políticos como Anasagasti y periodistas de la cosa como Pilar Eyre (la del libro sobre la reina) recordaron el perfil de Urdangarin y de Corinna haciendo las delicias de la audiencia portuguesa. Ahora la cuestión es saber cuándo levará anclas y qué puerto o cadena se atreverá a dejar que arribe para que lo veamos desembarcar por aquí.
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