L os martes y jueves se han convertido en una tortura para los responsables de las series que compiten con Gran hermano: límite 48 horas y las galas del reality. Los afectados por el fenómeno de la telerrealidad ven cómo semana a semana sus resultados de audiencia van menguando. La cadena de Vasile se ha colocado en cabeza en el ranking de septiembre, en buena parte gracias al programa de Jorge Javier Vázquez.
Las series que se emiten estos días tienen un sello de calidad que supera a lo que emite Telecinco, pero son los espectadores los que seleccionan con total libertad su programa preferido, están en su derecho, nadie lo pone en duda. Presunto culpable, Estoy vivo y Cuéntame cómo pasó están sufriendo las consecuencias, y las dos primeras ficciones se juegan su renovación.
expectativas altas Presunto culpable es una de las grandes apuestas, y es novedad, para Antena 3. La serie grabada en Urdaibai (Bizkaia), desprendía buenas vibraciones antes de su estreno y no ha defraudado, pero no le acompañan los resultados. Con un único protagonista, Miguel Ángel Muñoz, y unas tramas muy corales, cuenta con un aliado incondicional, los paisajes.
Aún así, los datos de los primeros capítulos no han estado a la altura de las expectativas. Las tres últimas noches de los martes ha chocado contra Gran hermano VIP: límite 48 horas, y el porcentaje ha bajado del 16% al 11%, lo que no es un buen augurio para una segunda temporada. Casi todo el elenco estaba convencido que iba a darse una oportunidad más a la serie, pero conociendo el mecanismo de renovación de las cadenas, la ficción va a tener que hacer una buena remontada, aunque también es posible que sufra un cambio de emisión.
No tan vivo Televisión Española se las prometía felices con la segunda temporada de Estoy vivo, pero parece que Telecinco le ha quitado el aliento y que se está quedando en estado de coma o muerta. Lleva dos emisiones y ha perdido más de tres puntos, comenzó con algo más del 11% y se ha quedado, por el momento, en un 8%. Una audiencia muy débil para una ficción que no es de bajo presupuesto.
Estoy vivo tiene ingredientes suficientes para atrapar al espectador, y lo consiguió en la primera entrega, pero el reality de Telecinco se lo ha puesto muy difícil. Remontar parece misión imposible. El elenco de actores está muy bien dirigido, la tramas son atrevidas e interesantes, pero el morbo y el placer de mirar por el ojo de la cerradura está ganando por goleada.
Los alcántara, tocados La familia de ficción más longeva de la televisión tampoco sale indemne de esta pugna televisiva, pero las circunstancias son distintas a las otras dos series. Cuéntame cómo pasó ha convivido en otras ocasiones con los programas de telerrealidad de Telecinco y se ha mantenido. Es cierto que el GH de anónimos había cotizado a la baja en las últimas ediciones, y también es cierto que el que ahora se está emitiendo con famosos ha superado todas las expectativas y los datos de audiencia han sorprendido incluso a los de Mediaset.
Los Alcántara han luchado contra todo tipo de programas y siempre han renovado, aunque algunas voces dicen que esta puede ser una de sus últimas temporadas. Los objetivos de la cadena son cronológicos y parece que hay ganas que se acerque por lo menos al siglo XXI. Tampoco se espera que haya un cambio de día como puede ocurrir con Presunto culpable o Estoy solo. También existe la posibilidad de que Antena 3 y La 1 las retiren del prime time y las coloquen de madrugada como ha hecho Televisión Española con Sabuesos.
el morbo que vende Telecinco sabe manejar muy bien los elementos para atrapar a un amplio grupo de espectadores, aunque ninguno de los que ve programas del tipo Gran hermano VIP lo reconoce públicamente; vamos, que ven La 2 día sí y día también. Los concursantes de esta edición están dando juego a la cadena y a aquellos que viendo este espacio le dan también juego, valga la redundancia.
Broncas, gritos, enfrentamientos que casi llegan a las manos, pero que son contenidos a tiempo, relaciones sentimentales, relaciones sexuales... Ninguno de estos famosos pasaría la prueba si se analizara su trayectoria o muchos se preguntaran por qué son famosos; pero ahí están, cobran, se exponen y cuando salgan seguirán vendiendo más de los mismo. Mercedes Milá calificó la primera edición del programa original como “experimento sociológico”, quizá sería mejor, experimento de psiquiátrico.
Pero si el algodón no miente, los datos tampoco; el martes Telecinco superó con holgura el 20% de share, un resultado que no consiguió la serie de esta misma cadena, Vivir sin permiso. Ver imágenes de Aramis Fuster sin ropa interior quita el sueño y las ganas de desayunar, pero con los datos en la mano poco más hay que decir: el espectador manda.