Una de las cosas que tiene esto del paso del tiempo es que te atropella. Vas por la mundo viendo y viviendo cosas cuando de repente empiezas a leer que son los 10, 15, 20, 25 años de tal o cual hecho, de un suceso concreto, un estreno en el cine o ese evento deportivo particularmente significativo. Las reflexiones van desde el “ah, sí, me acuerdo de cuando pasó” o el “anda, si yo estuve allí” al “¿ya?, pero si yo cubrí esa información”. 

Si la cifra que se conmemora es los 30 años de un periódico, esta última puede convertirse en muletilla entre los redactores y fotógrafos canosos. Y a veces ocurre que al tonillo nostálgico que se imprime a la frase se une un deje de melancolía cuando te das cuentas que hay cosas que no han cambiado o que vuelven. 

Me ha pasado con todo este asunto de la trama del caso Koldo y la compra de mascarillas

Vuelve Roldán

Dicen que la historia es pendular, que todo va y que todo vuelve. También dicen que es un círculo en el que todo se va repitiendo. Cuando vi las primeras imágenes de Koldo García no pude evitar acordarme de Luis Roldán. 

El que fuera delegado del Gobierno en Navarra entre 1982 y 1986 y director general de la Guardia Civil de 1986 a 1993 acabó en la cárcel en 1998 condenado por cohecho, malversación, estafa y falsificación contra la Hacienda Pública al saquear los fondos reservados del Ministerio de Interior. Pero antes hubo una fuga rocambolesca de 10 meses que todavía tiene sombras sin aclarar que incluyen a un espía del entonces CESID-actual CNI, Fernando Paesa, el hombre del mil caras que llegó a simular su propia muerte, y una estrambótica detención en Tailandia vía Laos.

Este caso Roldán tuvo una ramificación en Navarra con el caso Urralburu. El entonces presidente del Gobierno foral Gabriel Urralburu y el consejero de Industria Antonio Aragón compartían relaciones mercantiles con Roldán para el cobro de comisiones ilegales por la adjudicación de obras públicas. 

Ahora es cuando digo lo de “pero si yo cubrí esa noticia”.

Imagen completa de la portada Redacción DNN

Para declarar

El 11 de enero de 1996, Luis Roldán volvía a Navarra como el preso más famoso de España después de irse tras cuatro años como delegado del Gobierno para ser director general de la Guardia Civil. Se fue escoltado y regresó bajo custodia

Dos jueces le iban a tomar declaración por dos asuntos distintos pero relacionados. El primero en relación a una estafa a empresarios nacida en las propias entrañas de la delegación del Gobierno que comenzó en los últimos meses de Roldán como delegado en Navarra, y el segundo sobre el caso Urralburu. Del primero dio toda clase de explicaciones sobre unos recibos que no parecieron tener mucho que ver con lo investigado. Sobre el segundo guardó silencio. 

Cubrir la información

Para una noticia de esta importancia en aquellos días todos los medios nacionales y locales acudieron a la capital navarra. Iban a ser las primeras imágenes de Roldán preso. Esto hacía que hubiera que planificar bien la mañana para cubrir todos los frentes. Tres fotógrafos, Chema Pérez, Patxi Cascante y yo, y tres redactores, Miguel Ángel Barón, Milagros Ganuza y Natalia Urrecho, acudimos a la Audiencia de Navarra, ahora sede del Parlamento de Navarra, para cubrir la noticia. 

Chema entró al edificio, Patxi se plantó frente a la puerta de los detenidos y yo subí a una vivienda de Yanguas y Miranda con ventana a la calle Padre Moret. Desde ahí hice la foto que abrió el periódico del día siguiente. 

Hoy, 28 años, 3 meses y 4 días después, el nombre de Navarra vuelve a verse envuelto, aunque sea tangencialmente, en un caso de corrupción y comisiones. Quizá la historia sea en realidad una espiral en la todo se repite aunque no exactamente igual. 

Pero es que físicamente se asemejan algo y Koldo es Luis en euskera.