Como periodista de formación y de convicción que soy, siempre he creído que los medios de comunicación son un pilar fundamental de la democracia partiendo de que el derecho a la información es un derecho básico de la ciudadanía y la información, un bien público. Por ello, el hecho de que un medio de comunicación cumpla 30 años ya es en sí mismo un motivo para felicitar a esta cabecera que, desde hace tres décadas, forma parte del ecosistema comunicativo de nuestra Comunidad Foral.

El periódico ha sido un espacio de debate entre diferentes sensibilidades sociales, políticas y culturales

Ekosistema hori Nafarroako gizartea bera bezain plurala eta aktiboa da eta, gainera, prentsaren irakurketa-indize altuenetakoa du Estatuan. Gizarte informatua gizarte prestatua eta kritikoa da. Eta, beraz, demokratikoagoa eta parte-hartzaileagoa.

En este sentido, la aportación de DIARIO DE NOTICIAS ha sido desde su propio nacimiento imprescindible para la construcción de Navarra. No sólo por reforzar la variedad de fuentes de información para la ciudadanía -en los quioscos, desde el inicio y también en el trepidante ámbito digital, ahora- sino porque me consta que es un medio de comunicación que lleva en su ADN una visión de una Navarra plural y diversa con la que nos identificamos el Gobierno de Navarra y también las mujeres y hombres de Geroa Bai. 

Una cabecera que ha dado voz a causas y personas anónimas que no tenían otros cauces en el espacio mediático. Que se ha hecho eco de las movilizaciones feministas que han convertido a Navarra en una sociedad más igualitaria e intransigente con la violencia de género. Que defiende una cultura local con proyección universal; la cohesión territorial y social basada en la defensa del Estado de Bienestar. Eta, era berean, sentsibilitate sozial, politiko eta kultural desberdinen eztabaidarako gunea izan da, eta bada, ongizate-estatuaren defentsan oinarrituta, identitate-, kultura- eta hizkuntza-aniztasunaren eta pluraltasunaren barruan.

Importante también el compromiso del periódico con la Navarra bilingüe que exhibe con orgullo el euskera como lengua de convivencia y de cohesión social. Esa Lingua Navarrorum, que además de patrimonio procedente de un pasado en el que nuestra historia hunde sus raíces, es, sobre todo, un valor que hay que promover por su relevancia en nuestro presente y por su proyección hacia un futuro asociado a la innovación, el desarrollo y un entorno globalizado. Como también de esa Europa que, con sus claroscuros, defiende la libertad y el pluralismo de los medios de comunicación como pilar de la democracia.

Una democracia que también se construye con bases sólidas desde una lectura del pasado en clave de verdad, justicia y reparación, ingredientes que han estado presentes en muchas páginas dedicadas por este rotativo al tema de la Memoria Histórica. Y todo ello desde un compromiso editorial con los derechos humanos, la convivencia y la paz ahora, pero también en tiempos que no han sido fáciles para la sociedad navarra, sacudida por la violencia terrorista, principalmente de ETA, y por otras violencias políticas. Como tampoco para los equipos directivos, socios empresariales y, sobre todo, la plantilla de trabajadores y trabajadoras que, en diferentes etapas, han hecho realidad ese “milagro” que supone no faltar a la cita con sus lectoras y lectores durante casi 11.000 días de vida. 

Solo me queda compartir con ellos y ellas mi felicitación por este trabajo y desearles la mejor de las suertes de cara a los nuevos retos de un futuro lleno de incertidumbres y, también, de oportunidades para seguir impulsando los cambios en Navarra. Zorionak eta segi aurrera!