Sitio a la ropa del futuro
La industria del cine se ha empeñado durante años en decirnos que en un futuro no muy lejano vestiremos con trajes espaciales de vistosos plateados. Nada más lejos de la realidad. La innovación viene de la mano de los materiales: ya están aquí los tejidos inteligentes.
hasta ahora, la moda era pura estética, hoy es inteligente. Prendas que levantan el ánimo, que mantienen la temperatura corporal, que calman el estrés o que repelen los mosquitos engloban el nuevo concepto de ropa inteligente, una forma de vestirse que aúna diseño y tecnología para vivir mejor. O, por lo menos, eso es lo que se pretende.
Esta tendencia no es nueva, ni mucho menos, pues algunos diseñadores llevan años investigando, creando, mezclando y experimentando con los que se han denominado tejidos inteligentes o, lo que es lo mismo, fusionar la tecnología con el diseño con el fin de crear prendas que faciliten la vida.
Se trata de que en un futuro no muy lejano llevemos encima prendas con tecnología que permitan personalizar la ropa, preservar el medioambiente y encontrar el bienestar.
Así, basándose en la aromaterapia y en el sentido del olfato que llega directo al cerebro, se pueden crear prendas en las que incluye microcápsulas con esencias naturales que, en el momento de vestirlas, despliegan todos sus beneficios.
"La vainilla y el jazmín, las suelo utilizar en trajes de novia, ya que calman los nervios y relajan, lo que permite disfrutar de ese día tan especial con serenidad", dice la creadora española Laura Morata, una de las diseñadoras que encabeza en elenco de profesionales que experimenta con este tipo de materiales.
El aroma de la fresa y la de manzana ácida los utiliza en prendas de consumo diario (vestidos, pantalones o camisas) para estimular los ánimos decaídos y dibujar la sonrisa en el rostro. "De está manera, ninguna persona, ni tan siquiera el jefe te puede fastidiar el día", explica.
Utilizando la tecnología del plasma y mediante un proceso absolutamente ecológico, algunas firmas han creado prendas antimanchas que repelen la lluvia y cualquier líquido, bien sea vino, cava o sopa. Son prendas que, al mismo tiempo que dan seguridad, evitan que se laven continuamente, proceso que contamina los ríos.
Otra de las posibles aplicaciones con las que se están trabajando son las prendas antiestrés y las prendas antimosquitos. No se trata de diseños con masajes incorporados, sino de prendas con microcápsulas de antiestáticos que evitan que las mujeres se carguen de la energía electroestática que desprende el teléfono móvil o el ordenador, que, además de facilitar la vida, consiguen llevar los nervios a flor de piel.
No menos sorprendente son las prendas antimosquitos, que a través de un producto repelente encapsulado en las tramas del tejido consigue desviar los picotazos de este impertinente insecto. Con el PCM (Phase Change Material), también microencapsulado en abrigos y chaquetas, se puede conseguir además coser prendas que mantienen la temperatura corporal tanto en verano como en invierno, en las condiciones climáticas más adversas.