Romanticismo, nostalgia Concierto de Pablo Milanés
Fecha: Miércoles, 17 de marzo. Lugar: Teatro Gayarre, Iruñea. Intérpretes: Pablo Milanés, a la voz y a la guitarra (en algunos temas), en compañía de Miguel Núñez, al piano y a los coros, y Dagoberto González, al violín y a los teclados. Incidencias: Concierto de presentación de "Regalo", último CD del artista. Lleno, prácticamente. Público de edad madura, preferentemente. Milanés actuó durante hora y veinte minutos, bis de dos temas incluido.
mITO de varias generaciones a tenor de su pasado (cosa del papel por él jugado en la Nova Trova Cubana y en la canción protesta de finales de los 70) y de su presente (en la última década ha visto publicados 6 trabajos más? ¡a sumar a los 33 con que ya contaba!), el legendario Pablo Milanés pisó las calles de Iruñea nuevamente, más que dispuesto y predispuesto a revivir sus días de gloria con sus incondicionales: algo que, a tenor de los aplausos cosechados, pese a algunos flecos (¿por qué ya no toca Yo no te pido o Amo esta isla, a juicio de muchos, imprescindibles?) logró sobradamente.
El repertorio ofrecido resultó muy similar al brindado cuatro años atrás en Barañáin, saliendo básicamente de aquella lista las dos canciones de Como un campo de maíz, su último disco en aquel tiempo, y entrando en su lugar dos de Regalo, su más reciente grabación: Matinal y El largo camino de Santiago, también tocada, por cierto, en el cada vez más remoto 2006. Pero bueno, él es Pablo Milanés, y como tal, como el icono de la canción de autor que es, puede hacer lo que quiera mientras lo haga con calidad: como lo hizo dicho miércoles, puntuando ya, y con buenísima nota, el mero hecho de poder seguir disfrutando de él y sus canciones, tantísimos años después.
Con Miguel y Dagoberto, perennes compañeros de viaje, flanqueándolo desde el fondo del escenario, Milanés, amplia camisa color naranja, destapó la caja de música que atesora con Vengo naciendo, deteniéndose el inmortal cubano también en el tema Amor (del mismo trabajo) después de que lo hiciera con holgura en el álbum Días de gloria: presidido éste por el tópico latino alusivo al inmisericorde paso del tiempo? y al sentimiento por él alimentado, la nostalgia, perfectamente retratado en el tema así titulado, Nostalgias. A continuación, puro y genuino feeling todo el tiempo (estilo surgido en Cuba en los años 40 en el que, influenciado por el jazz y la canción romántica estadounidense, el sentimiento define la interpretación) la actuación prosiguió con Plegaria, rica en interrogaciones retóricas, tomando posteriormente Pablo por vez primera la guitarra para, encarando la parte romántica del recital, deleitarnos entre otras con Si ella me faltara alguna vez, antes de que sonaran las únicas dos nuevas composiciones ya citadas. ¿Que sólo fueron dos? Bueno, a estas alturas de carrera, creemos que Pablo es libre de administrar su arte como mejor crea, en aras del mejor fin: no saturar al público con canciones que tal vez no tiene tan interiorizadas como otras o, en resumen, intentar que las nuevas vayan encajando, sin excesivos protagonismos, entre las más célebres. En un repertorio en el que, una vez más, no faltaron clásicos como Canción de cuna para una niña grande, las imprescindibles Yolanda o El breve espacio en que no estás (cantadas ambas por los presentes) y, ya en los bises, Para vivir, antes de rematar la velada entonando el Txoria Txori de Mikel Laboa: de terminar de cautivar a un más que emocionado público con semejante gesto.
El tiempo pasa, nos vamos volviendo viejos, tal y como reza la canción que también sonó, por cierto. Y por Pablo también lo hace, tal y como deja entrever su imagen? aunque parezca no hacerlo ni por su timbre (el de la canción cubana por antonomasia) ni por su emocional forma de cantar: junto con sus dos músicos, de primerísima línea, lo único verdaderamente imprescindible para trasladar al público a su personal universo. Para continuar haciendo a sus seguidores el mejor regalo, ya sean viejas o nuevas las elegidas, ahítas de romanticismo o de nostalgia preferentemente: sus canciones.