Darío Fo: "Yo no vivo, sobrevivo en Italia"
el autor, actor y director abrirá esta tarde el festival del gayarreQuedan pocas entradas para ver "Rosa fresca fragantístima y otras juglarías", una nueva entrega de su "Misterio Bufo"
PAMPLONA. Darío Fo, Premio Nobel de Literatura en 1997, será el encargado de abrir esta tarde, a partir de las 20.00 horas, el Festival Teatro Gayarre Otras miradas, otras escenas, con la representación de Rosa fresca fragantísima y otras juglarías, un nuevo capítulo del Misterio Bufo, el gran proyecto que el escritor, actor y pintor italiano lleva construyendo desde hace cincuenta años. Un tiempo en el que la sátira ha sido su mejor carta de presentación, seguramente porque, como dice, "la sátira molesta al poder, a cualquier tipo de poder".
Darío Fo, de 84 años, llegó a Pamplona pasado el mediodía de ayer. Y se registró en el Hotel La Perla, en el corazón de una ciudad que dijo no conocer en persona, aunque sí a través de los testimonios de varios de sus amigos, caso de Carlo Petrini, creador del movimiento denominado slow food, que, según comentó Fo, es un "enamorado" de la capital navarra. Tanto que "vino un año, se llevó una cornada y al año siguiente volvió", afirmó, entre divertido y asombrado, el dramaturgo, que bromeó diciendo que estaría bien que los Sanfermines se celebraran en Roma, concretamente en el Parlamento; "habría que soltar a los toros allí dentro y ver qué hacen los políticos", ironizó. No es un secreto que su relación con la clase política que gobierna en Italia en los últimos años está cargada de desaprobación, cuando no de desesperación. "Yo no vivo, sobrevivo en Italia. Estoy obligado a vivir allí y me mortifica ver cómo la gente se deja dar por el culo", subrayó ayer ante los medios de comunicación navarros, en una rueda de prensa en la que quedó patente su cordialidad y su gran erudición. No en vano, suyos son títulos como Muerte accidental de un anarquista, Aquí no paga nadie, Fedayin y, por supuesto, Misterio Bufo, un proyecto con el que inició, 1969, un género que revolucionó el teatro contemporáneo.
crítica a la misoginia Precisamente, Rosa fresca fragantístima es una entrega más de esta magna obra y, como tal, adquiere la forma de comedia crítica y denuncia social, pero, sobre todo, de memoria, en un texto que sorprende por su sensualidad, expresividad e ironía. En el espectáculo, que será en italiano con traducción simultánea al castellano, Darío Fo se presenta como un juglar medieval dispuesto a mostrarnos de frente el verdadero rostro de la historia del hombre. Como recordó ayer en rueda de prensa, Mistero es una palabra que los griegos, primero, y los cristianos, después, utilizaban para designar una representación sacra. De ahí que durante años haya recopilado textos religiosos antiguos, "reescritos para hacerlos entendibles hoy" y mezclados con otros que ha ido escribiendo a partir de acontecimientos reales, conformando espectáculos grotescos basados en la expresión popular y cargados de provocación. En ellos se analiza el pasado para encararlo con la historia contemporánea de la mano del juglar, que interpreta múltiples personajes al mismo tiempo, evidenciando las razones por las que Fo es casi más conocido por sus habilidades interpretativas que por su capacidad dramatúrgica.
Eso sí, aunque el Misterio Bufo tome una representación sacra como punto de partida, el escritor manifestó ayer sentir "mucho respeto hacia la religiosidad" a pesar de ser ateo. Y hacia los sacerdotes también, bueno, más bien hacia "unos pocos", porque es sabido que no comulga con la política del Vaticano, sobre todo por su "misoginia" y por estar siempre cerca del poder. También criticó contundentemente los abusos sexuales a menores y defendió que "los curas deberían casarse", sobre todo porque "no hay ningún fragmento del Evangelio que diga que no puedan hacerlo".
sátira Y, por supuesto, este Misterio es Bufo, es decir, pleno de sátira, de risa, que, en su opinión, es el mejor vehículo para la crítica social. "Lo ha sido siempre, desde Aristófanes", destacó, y recordó que un escritor inglés hizo el ejercicio de comparar dos tipos de textos de autores griegos: por un lado, los escritos por los historiadores y, por otro, los firmados por los dramaturgos satíricos. Y resultó que en estos últimos "estaba la verdad de la historia". "Los historiadores eran unos mentirosos porque estaban al servicio del poder, que les pagaba bien; mientras que los escritores eran encarcelados y, muchas veces, asesinados por contar la verdad", explicó Fo, que sabe muy bien lo que es ser censurado y recibir agresiones y amenazas de muerte por practicar lo que él llama "sátira auténtica", la que "involucra a la gente en una rebelión", despertando su conciencia para que no acepte sin más determinadas situaciones. Lamentablemente, no siempre se consigue espabilar a los ciudadanos, y muchas veces pasa que ciertos políticos se perpetúan en el poder, caso de Berlusconi, al que en 2003 dedicó L"anomalo bicefalo. Pero él lo sigue intentando y "me desfogo escribiendo libros, pintando"... Y cada vez que pisa un escenario, como esta tarde en Pamplona.
Todavía restan algunas entradas para asistir a esta función que está considerada una indudable obra maestra del teatro europeo contemporáneo.
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