Programa, programa, programa
NI integrantes del jurado, ni George Clooney -que habría sido un genial pretty man para Julia Roberts- ni celuloides en vinagre. Dado que el Zinemaldia no aportó ayer ningún dato susceptible de transformarse en una noticia aparente, sólo cabe recurrir a la frase que hace alguna década popularizó un actor político de la izquierda española que solía recetar aquello de "programa, programa, programa".
Porque a falta de nuevos nombres que otorguen la deseable pátina de glamour a la cita donostiarra, la programación es, de momento, el único imán capaz de atraer las miradas de los aficionados. A menudo, la calidad de muchas películas es inversamente proporcional a las bondades que pregonan su atractivas sinopsis, pero como toda sección oficial es inocente de provocar bostezos hasta que se demuestre lo contrario, diremos que, sobre el papel, las cintas que se proyectarán en dicho apartado pintan bastante bien.
En primer lugar, es digno de aplauso que la cinta inaugural no sea la habitual producción anglosajona, sino una cinta, Chicogrande, que, pese a sus maneras de western yanqui, es una producción mexicana de Felipe Cazals. Lo mismo ocurre con La llave de Sarah, el filme galo de Gilles Paquet-Brenner que clausurará el certamen fuera de concurso. En lo referido al cine español, este año competirán cuatro títulos, entre los que destacan Pan negro, lo último del siempre interesante Agustí Villaronga, y Aita, el segundo trabajo del iconoclasta José María de Orbe. En el resto de la selección oficial hay mucho drama, algo de épica, un poco de humor e incluso violencia gratuita como la contenida en Akma-Reul Bo-At-Da/I Saw The Devil, del surcoreano Kim Jee-Woon. Atención también a las últimas apuestas de realizadores como John Sayles, Raúl Ruiz, Peter Mullan, Naomi Kawase o Daoud Aoulad-Syad.
Pero si lo que se quiere es jugar sobre seguro, siempre es posible abonarse al ciclo dedicado al cine de no ficción -un nuevo modo de designar los documentales de creación- o a la retrospectiva sobre el director Don Siegel. Son caballos ganadores.
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