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"La película "Izarren Argia" me ha cambiado, me ha hecho replantearme cosas sobre la Guerra Civil"

La película sobre las mujeres presas de Saturraran 'Izarren Argia', que hoy se estrena en los cines Golem de Pamplona, le ha removido por dentro a Bárbara Goenaga (San Sebastián, 1983). Ayer, el filme se preestrenó en Bilbao y desde hoy llega a las carteleras en su versión en euskera

"La película "Izarren Argia" me ha cambiado, me ha hecho replantearme cosas sobre la Guerra Civil"Javi Colmenero

BILBAO. Tengo que felicitarle porque su actuación en "Izarren Argia" es bárbara.

¿Eso es bueno o malo? No sé cómo tomármelo. Es una pregunta con trampa, pero gracias por la felicitación y el juego de palabras.

La pregunta que más le harán estos días: ¿Por qué hay que ir a ver la película sobre las presas y niños de Saturraran?

Y curiosamente, no tengo respuesta. Hable de lo que hable, en mi modesta opinión, es una buena peli. En el Festival de Cine de San Sebastián hay mucho cinéfilo y dijeron que era buena.

Y, ¿por la trama e historia de aquella cárcel donde se recluyó a cuatro mil mujeres?

Por supuesto. Habla de muchas cosas, sentimientos, de la mujer... De cómo se puede agarrar alguien a la esperanza, aunque esté lejísimos. Es un pasaje de nuestra historia horrible, pero pasó aquí al lado. No es sólo una película sobre la Guerra Civil.

Los guionistas le han cambiado de chaqueta: de ser protagonista de derechas en "La buena nueva" a de izquierdas en "Izarren Argia".

Margari en La buena nueva era de derechas pero con valores de izquierdas... Pero, eso no importa. Lo peor es que fue una guerra entre hermanos. Fue terrible para ambas partes. Tanto Margari como Victoriaen Izarren Argia tenían sus convicciones y lo pasaron fatal las dos.

Tanto papel dramático, ¿no será que llora muy bien y buscan un relevo a Emma Suárez?

(Risas) Emma llora muy bien. Fue Gonzalo Suárez - dirigió a Goenaga en Oviedo Express-, el gran rey de nuestro cine, quien me dijo una vez: "Tengo que verte llorar, que algunas se ponen feas llorando".

Bromas aparte. ¿Quién es Victoria?

Es una mujer que por lo que le tocó vivir, sacó fuerzas de valentía por la necesidad. Nosotros vivimos demasiado bien para empatizar con lo que pasaron aquellas mujeres. Le encarcelaron por ser la mujer de un republicano. Ella, quizás, ni lo era. Sí era maestra y madre de un niño. Cuando se lo arrebatan en la cárcel, se agarra a un clavo ardiendo.

A día de hoy, aquellas mujeres supervivientes restan importancia, en ocasiones a lo que sufrieron...

Eso es tremendo. Vi las entrevistas que hizo el director (Mikel Rueda) a supervivientes y hablaban así, en tercera persona. A mis 27 años, ponerme en su lugar, con lo bien que vivimos, es imposible. Imposible.

Se llama Victoria, pero bien podía haberse llamado Esperanza.

Sí, pero sería demasiado, quizás.

¿Le ayudó haber protagonizado antes el filme de Helena Taberna?

No. Son películas distintas. Pero sí que con La buena nueva me empecé a sensibilizar con la memoria histórica. Me da rabia, y aunque quede ignorante, lo pienso decir: "No tenía ni idea de la guerra".

Un género cinematográfico en auge...

Pero, habrá quien diga: "otra más de la Guerra Civil". O está de moda. No es otra más. Izarren Argia muestra el dolor de una forma atrevida y limpia.

Permítame que le traslade una pregunta con humor, del director.

A ver... (temiéndose lo peor).

¿Qué relación tiene con la película Ibarretxe, Otegi, e, incluso, Eroski?

(Risas) Si lo vas a poner, deja claro que lo pregunta Mikel Rueda... A ver, en la peli había unas figurantes maravillosas con las que hice un gran vínculo. En una escena, las presas nos ponemos a gritar a una monja por un niño. El caso es que le dije a Mikel que oía palabras que me sorprendían. Y era que algunas figurantes no sabían euskera o muy poco y al pedirles que gritaran decían palabras en euskera, pero como Ibarretxe, Otegi, Eroski, iturri... Aunque era una escena durísima, fue una anécdota graciosa y divertida.

Un personaje resume la esencia del filme: "Lo malo no es que no pueda ver las estrellas. Lo malo es no tener una estrella que poder alcanzar".

Exacto. Lo malo no es no alcanzar las estrellas, sino no tener estrellas que alcanzar. Mujeres como Victoria se agarraban a un clavo ardiendo, a una esperanza ardiendo.

Me gusta su visión de que su generación habla más de memoria histórica porque no la ha vivido.

Es que por esa razón hay menos reparos a hablar, a que se hable. Algo que ha estado soterrado. A mí, hacer películas como ésta me ha cambiado un poco como persona. Soy una mujer más sensibilizada con el tema.

¿Por ejemplo?

En el estreno en el Festival de Cine de San Sebastián conocí a Anita Morales, que estuvo presa en Saturraran. Hablé con ella. Y conocí a una mujer que a su edad -tiene 93 años- tiene la cabeza en su sitio, tan vital y, desde entonces, pienso en cuántas personas que se cruzan a diario conmigo han vivido esa horrible guerra. Me ha cambiado, sin duda.

Insiste en ello...

Es que estaba tan lejos... Por eso me parece que muchas personas frivolizan con el tema cuando se debiera tener más en cuenta. Aún no se ha dado la vuelta de tuerca de verdad.

La coautora del libro entorno a la película, Maria González Gorosarri, asegura que "ninguna mujer abandonó a su marido preso, cosa que sí hicieron muchos republicanos".

Lo importante es que se demuestra que la mujer también tuvo su papel en la guerra. No era sólo el hombre el que luchaba y moría. Y la mujer no sólo estaba en casa... Nada que ver.

La interpretación de Victoria la dejó afónica y con manos y uñas negras... ¿Algunos papeles dejan secuelas?

Hombre, hay pelis y pelis. Pero esta vez es cierto que me quedé sin voz y eso que yo nunca me he quedado afónica.

¿La actriz sueña en ocasiones con su personaje?

En mi caso, no. Lo asimilas de forma inconsciente. Yo no me llevo el personaje a mi casa porque no quiero volverme loca. Eso sí, hice una búsqueda del personaje para no defraudar a todas las presas que estuvieron en Saturraran. Buscas el camino para llegar a sentir lo que ellas sentían.

En la película le quitan a su hijo. Si quiere no responda: ¿Estar usted embarazada le hizo pensar en ello?

No, porque entonces no estaba embarazada. Pero, ahora tampoco. No me hizo falta porque yo siempre empatizo mucho con las madres y me parece terrorífico. Soy muy maternal, siempre he estado muy rodeada de madres con las que hablo mucho y es un tema, el de rapto de hijos, que siempre me ha dolido.

¿Cree que por ser Euskadi de enraizado matriarcado, va a ir más personas a ver la película que en el Estado?

No me he parado a pensarlo. Pero si te interesa la Guerra Civil y el papel de la mujer en ella, no debes quedarte sin verla. Pero, mira, me lo voy a pensar.

Bárbara Goenaga también le echó coraje al irse a Madrid con sólo 15 años. Su familia le apoyó.

Sí, porque aita, que es pintor -Juan Luis Goenaga- y mi madre disponían de tiempo y me podían acompañar.

Y su tía es la escritora y directora de cine Aizpea Goenaga. Conocen el mundillo. Otra hubiera tenía menos arrope.

Me entendieron bien. Ellos también lo vivieron. Y tengo claro que sólo haces bien aquello que de verdad quieres hacer. Estoy agradecida porque hoy también me siento arropada.

¿Qué le queda de aquella Ainhoa que interpretaba en la serie Goenkale de AinhoaGoenkaleETB

Todo. Yo siempre he sido la misma, aunque veo ahora imágenes y me veo y digo... Vaya pinta, por ejemplo. Pero siempre he sido yo, haga el papel que haga. Y ahí hago una distinción: sé cuál es el personaje y dónde está mi vida

De la lista de películas que en los últimos años se han realizado sobre la Guerra Civil, ¿con qué tres se quedaría?

Con Libertarias, La hora de los valientes... Y, no sé, Trece rosas, no creas que... La lengua de las mariposas también estuvo bien.