madrid. La exposición que la Fundación Mapfre dedica a Eugène Atget descubre al público al artista que mejor fotografió el "viejo París" y cuya aportación a la historia de la fotografía ha sido fundamental. Simultáneamente con esta muestra, la Fundación presenta La mano con lápiz, exposición dedicada a su propia colección de dibujos del siglo XX, de la que ofrece más de un centenar de obras.
Más de doscientas fotografías de Atget (Libourne 1857-París 1927) centradas en el viejo París han sido seleccionadas entre más de 4.000 imágenes procedentes de los fondos del Museo Carnavalet de París, de la George Eastmann House de Rochester (Nueva York) y de las colecciones de la Fundación Mapfre. Considerado uno de los personajes centrales de la fotografía, por su pureza y su intensidad de visión, Atget representó uno de los puntos de partida de la fotografía documental, y sus enigmáticas imágenes han inspirado y siguen inspirando a muchos artistas.
"Los surrealistas le catapultaron como una figura de la cultura moderna", señaló Carlos Gollonet, uno de los comisarios de la muestra, en la que se pueden contemplar imágenes realizadas en París y sus alrededores entre 1898 y 1927. La ciudad retratada por Atget está muy alejada del París de la Belle Époque, con calles y edificios despoblados que forman un retrato colectivo y misterioso de la capital y desaparecerían más tarde. El recorrido de la muestra se realiza por doce secciones que siguen las agrupaciones temáticas organizadas por el propio Atget, que van desde los pequeños oficios hasta las calles de la ciudad, sus alrededores o el Sena, pasando por sus personajes, sus comercios, ornamentos, interiores, coches y jardines.
Junto a estas secciones se exhiben 43 fotografías del álbum de Man Ray, con tipos humanos y ambientes parisinos. Este álbum es una muestra del interés que la obra de Atget despertó en los surrealistas.
Las otras dos salas de la Fundación Mapfre están dedicadas a la ya mencionada exposición de su colección de dibujos del siglo XX, con más de un centenar de obras que permiten establecer una historia coherente del arte del siglo pasado, tanto dentro como fuera de España.
Con dibujos de Mariano Fortuny y Joaquín Sorolla, todavía de carácter académico, y agrupados bajo el apéndice de La tradición, se inicia el recorrido por la muestra, dividida en cinco secciones. El espacio dedicado a La modernidad refleja cómo la imagen de la mujer pasa a tener un papel muy importante y se convierte en protagonista del mundo moderno, en obras como las de Joaquim Sunyer o Eric Casanovas, que dialogan con las de Francis Picabia, Auguste Renoir o Egon Schiele.
El espíritu de vanguardia y su preocupación formal hace que los artistas recuperen el bodegón y que la ciudad irrumpa con fuerza. Obras de Picasso, Joaquín Torres García, Rafael Barradas, Juan Gris, Sonia Delaunay, Manuel Ángeles García o Francisco Bores ilustran este espacio.