Cuando un artista crea un 'collage' elige entre dos opciones. Presentar un conjunto de elementos diferenciados en el que no se pretende elaborar un todo, sino precisamente mostrar las diferentes partes; o mostrar elementos dispares que, unidos, conforman un todo. En el caso de Governors, ¿cuál ha sido la opción elegida?

-La segunda. Las canciones están ideadas como un todo, ya que quizá en lo que más se pueden notar las colaboraciones es en los textos. La idea de Collage nace porque éste ha sido el disco de Governors en que más gente ajena al grupo ha aportado sus puntos de vista. Eso hace que el trabajo sea un poco diferente a los dos anteriores, por lo que la palabra collage es la que más justicia le hacía como título. Creo que de los diferentes colores que la gente ha aportado hemos sacado un cuadro acabado que es un collage musical.

-Ahondando en las colaboraciones, en esta ocasión, ¿la premura por la edición del disco convirtió la necesidad de letras en virtud, gracias a las aportaciones de gente como Fredi Paia o Amets Arzallus?

-Sí, ya que se trata de gente con una amplia trayectoria como bertsolaris o escritores que tiene una facilidad de palabra para transmitir sentimientos e ideas inigualable, algo que a mí me cuesta muchísimo más. Sí es cierto que al principio fue una necesidad, porque aquí, o se sacan los discos en marzo o para la Azoka de Durango... Nosotros quisimos llegar a Durango, pero el problema es que mi forma de trabajo con Keu (guitarrista de la banda durante la composición y grabación del disco) era a distancia, lo que hizo el proceso más costoso... pero del que surgió una idea nueva, la de contar con otras personas que nos escribieran letras. Algo que, por otra parte, también ha aportado frescura al grupo, ya que después de haber escrito varios discos con Ekon, Fjord y Governors te entra cierta crisis y piensas que siempre estás aportando el mismo punto de vista.

-En los directos de esta gira, los temas que recuperáis de 'Itxaron beharra ez da itxaropena', primer disco del grupo y el más alejado de 'Collage', ¿los respetáis o los acercáis al nuevo sonido de la banda?

-Los tocamos tal cual. Cada disco es una etapa diferente del grupo y como tal los tratamos. En directo tocamos siempre Azken dantza y Galdutako laztanak, y las hacemos tal cual porque, además, nos gusta el contraste y la variedad que da intercalar canciones de los discos viejos, con un punto más rockero, el primero, y más metalero, el segundo, con las del nuevo, con un punto más moderno.

-Un contraste entre álbumes, de estilos y sonidos, que se da también dentro del último compacto, y que, de hecho, se ha convertido casi en marca de la casa.

-Esa es la intención. La gente igual se piensa que lo hacemos por intentar abarcar muchos estilos diferentes, pero no es así... A mí me gustan los grupos que te sorprenden, que en mitad del disco te ofrecen algo diferente.

-¿Cuál es sentido de la metáfora de la portada, en la que aparecen partes de muñecas tipo feto bañadas en oro y envueltas en cables?

-Según quién la mire, puede dar miedo o parecer oscura y chocante. Lo que sucedió es que la palabra collage es un símil de mucho colorido... Y los primeros proyectos que nos trajo el diseñador iban en ese sentido, pero con ellos me venía a la cabeza una portada reggae, en la que todo parecía fiesta. Así que al final, en lugar de tomar collage como una mezcla de colores, lo tomamos como la construcción de un pequeño Frankenstein. Los diseñadores con los que trabajamos habitualmente vienen, como nosotros, del metal, y quizá por eso al final nos ha salido una portada un poco oscura.

-'Bertigo' es la última canción del álbum, ¿da vértigo acabar un disco?

-La mayoría de las veces, sí... Y da más vértigo cuanto más alto estás en el escalón. Con esto no quiero decir que estemos en el estrellato, pero cuando haces el primer disco, el grupo es desconocido para la gente: sacas lo que tienes y ya está. Pero, a medida que vas convocando más gente en los conciertos y que compran tu disco, es como si creciera la responsabilidad. Se mezcla la sensación de que no les tienes que defraudar con la de que tienes que divertirte haciéndolo. Por eso da vértigo, sobre todo las semanas después de editarlo, cuando estás a la espera de las reacciones y de las críticas.