El ciclo Pamplona. Acción Musical cerrará esta tarde su primera edición con el recital de violín y piano que protagonizarán Leyre Aznárez y Endika Gutiérrez a las 19.30 horas en el Palacio del Condestable. Desde el pasado 19 de enero y hasta hoy, varios jóvenes talentos han pasado por el escenario de este civivox dentro de una programación nueva que también ha incluido mesas redondas, clases magistrales y encuentros con compositores, en el intento de acercar al público el panorama actual de los profesionales navarros y de quienes aspiran a vivir de la música de manera estable. Una de estas jóvenes promesas es Leyre Aznárez Maeztu, que, a los 19 años, sigue completando sus estudios mientras ofrece varios conciertos en distintos recintos de Europa.

Para esta joven pamplonesa, la segunda de tres hermanos, por detrás de Javier y delante de Pablo, también virtuosos del violín, "volver a casa y más si es para tocar ante tu gente, es un lujo". Un lujo que esta semana vivirá por partida doble, ya que además del concierto de esta tarde, el jueves actuó junto a Endika Gutiérrez en el Centro Castel Ruiz de Tudela ante más de cien personas que aplaudieron un programa "diferente" y de gran exigencia que, salvo por algún pequeño detalle, repetirán en Pamplona. "Quería hacer algo distinto, pero también con temas conocidos", dice Leyre, que comenzará con la Muñeira de Pablo Sarasate para seguir con la Sonata para violín y piano de Ravel, "una obra nada convencional en la que hay un blues"; la romántica Poème, de Ernest Chausson, y Tzigane, una rapsodia gitana de Ravel. Sin duda, no es un repertorio usual y la violinista cree que, por eso mismo, puede atraer a todo tipo de públicos.

Y lo mismo opina Endika Gutiérrez. Para la pianista pamplonesa, profesora en el Conservatorio de Tudela, el programa "es una auténtica delicia". "Es también muy virtuoso y el que vaya va a disfrutar tanto como lo hacemos nosotras interpretándolo", cuenta esta intérprete "encantada" de acompañar a los hermanos Aznárez. Comenzó con Javier en 2008 y desde entonces ha actuado con los tres y con todos experimenta una "gran complicidad" que se traslada al escenario. Sobre el ciclo Acción Musical, la pianista opina que "está muy bien que se organicen programas como este", de modo que la sociedad conozca cada vez más la labor de los músicos. Y es que, a su juicio, es una lástima que no se acabe de valorar todo lo que hay detrás de un concierto, que son "muchas horas de estudio y preparación". Sin olvidar los años de intensa formación en centros de primer orden y el "sacrificio" del entorno, de su madre en su caso. Todo, para que a veces "se pague muy bien y sin reparos a las figuras que vienen de fuera", mientras que los de aquí, "que ofrecemos conciertos muy dignos", tengan que "pelearse" para lograr los cachets adecuados. En cualquier caso, Endika esta contenta de participar en este ciclo junto a una violinista "excepcional" como Leyre Aznárez.

dedicación A la joven le gustaría poder tocar más a menudo en su tierra. "Sería una oportunidad de devolver lo que se me ha dado", subraya la intérprete, que actualmente estudia en la Universidad Codart para las Artes de Rotterdam con una beca del Gobierno foral. Leyre lleva con el violín desde muy pequeña, aunque nunca ha sentido que se haya perdido nada, sobre todo porque "si te organizas bien, te puede dar tiempo a todo". Además, es consciente de que el equilibrio entre esfuerzo diario y bienestar personal es "fundamental" para mantenerse en la profesión musical a la que aspira a dedicarse de manera estable cuando finalice su formación. Eso sí, no se cierra a un solo formato, le gusta tocar como solista, pero también en grupos de cámara y en orquestas. Y tampoco descarta otros caminos, tiene acabado el Bachiller de Ciencias y la carrera de Psicología le tira mucho.