PAMPLONA. El último robo de este tipo se conoció el pasado lunes y consistió en la sustracción de una pila bautismal del siglo XV y una pila de agua bendita de la iglesia de Urbicáin, una localidad abandonada cercana a Monreal. Con este han sido ya tres los robos de patrimonio cultural de Navarra cometidos en los últimos dos meses tras los perpetrados en febrero en las localidades de Olcoz, donde se llevaron un Sagrado, el incensario y un cáliz del siglo XVII, y Larumbe, de cuya parroquia sustrajeron gran cantidad de objetos, la mayoría de plata, de los siglos XVI y XVII.
ENTORNOS RURALES Sánchez de Muniáin, quien presentó ayer en rueda de prensa una talla gótica de la Virgen con el Niño del Museo de Navarra recientemente restaurada, lamentó este tipo de robos y saqueos del patrimonio histórico y reconoció la labor que realizan tanto el Arzobispado como diversas entidades ciudadanas, sobre todo del entorno rural, que instalan dispositivos para proteger estas piezas de arte sacro. El consejero confío en que la colaboración de los expertos en patrimonio histórico con las fuerzas de seguridad permita detener a los autores de los robos, recuperar las piezas y transmitir a la sociedad el mensaje de que "aquí se está actuando en materia de seguridad" para proteger estas piezas de gran valor.
El patrimonio histórico navarro, apuntó Sánchez de Muniáin, es muy amplio y está disperso por toda la geografía foral y en ese sentido agradeció la labor de asociaciones, entidades locales y particulares que en determinados enclaves, a veces "en mitad de la naturaleza", instalan dispositivos para vigilar y proteger el patrimonio de sus municipios. Estos dispositivos de voluntarios, subrayó el consejero, han evitado muchos robos en Navarra.