pamplona. La artista pamplonesa Miren Doiz presentó ayer en el Horno de la Ciudadela Montar, desmontar, una exposición que se exhibirá hasta el 26 de agosto, y en la que la pintura, extendida por cajas de madera y materiales de transporte de obras de arte, rompe su bidimensionalidad.
Doiz utiliza material usado en los montajes de exposiciones, como once contenedores de madera para el transporte de obras, cajas de herramientas, cartón o plástico de burbujas. Sobre ellos, pinta y expresa así su universo artístico. "Para crear el espacio que tenía pensado para el Horno, y como pintora que soy, me he centrado en el uso del color y la forma. He trabajado una pintura expandida por el espacio, y he utilizado los mismos materiales que necesitaba cuando trabajaba aquí, en la Ciudadela, de montadora", explicó la artista.
El concejal delegado de Educación y Cultura, Fermín Alonso, y la propia Miren Doiz presentaron y detallaron ayer el contenido de la exposición. El arte de la pamplonesa se caracteriza por abandonar las ataduras de la bidimensionalidad de la pintura. Al intervenir ocupando suelos, techos, paredes y los materiales que le rodean, no solo rompe esas dos dimensiones, sino que desdibuja los límites desbordando el marco convencional de ese arte. En cada una de sus intervenciones, Doiz abre interrogantes sobre los límites de lo pictórico, como una encarnación de los nuevos lugares de la pintura. "En esta muestra, el color que he utilizado es bastante fuerte, pero a la vez está bastante estudiado. Aquí, como he trabajado más las formas, la pincelada es más controlada. Por un lado, traté de hacer una obra trabajando las formas, algo más escultórico, más definido. Pero me parecía que aquí, en el espacio de la Ciudadela, el color debía tomar protagonismo, así que busqué colores fuertes como el rojo, que me pareció que destaca mucho. Además, la exposición es una instalación y se trata de que envuelva el espacio. Quizás estoy en una etapa en la que estoy haciendo cosas un poco más escultóricas, que tiene que ver un poco con la muestra expuesta, porque en el fondo, como no podía pintar en la pared del Horno, la muestra queda muy caracterizada por la escultura, algo más que lo que había hecho hasta ahora", dijo Doiz.
La obra de la pamplonesa podría calificarse como pintura experimental, o más bien una experiencia del color, que permite el roce con la obra, que sugiere desde el tacto y que encarna otros sentidos para aumentar su percepción sensorial.
La artista ya está inmersa en nuevos trabajos. "Estoy con un proyecto para el que voy a aprovechar unas obras que se están haciendo cerca de mi casa. Trabajo con lo conocido como objets trouvés o objetos encontrados. Estoy encontrando muchas cosas que me pueden servir", comentó la artista.
Doiz afirmó que no está segura de cómo va a ser recibida su obra. "La gente que no me conoce no sé como reaccionará, supongo que les descolocará, espero que positivamente. A mí me gusta que la exposiciones me sorprendan", concluyó la pintora.