SI hay algo que no ha faltado esta semana en la localidad de Aibar ha sido el sonido de las teclas y los botones de los acordeonistas recorriendo las calles con sus actuaciones y dentro de la escuela municipal, donde han impartido sus clases. Por segundo año consecutivo, la localidad ha acogido el campus de verano musical de acordeón, que finaliza hoy tras cinco días de dedicación por parte de los 17 alumnos inscritos. Han sido días de clases grupales e individuales para los acordeonistas, pero también han realizado otro tipo de actividades como buceo o tirolina. El curso ha sido impartido por Nekane Iturrioz, catedrática de acordeón del Conservatorio Superior de Música de Navarra, Ángel Luis Goñi y Javier López Jaso, ambos profesores del Conservatorio Profesional Pablo Sarasate.
"Tras la buena experiencia del año pasado, decidimos repetir, porque el método de trabajo nos parece pedagógicamente interesante para los chavales. Los alumnos están una semana en un entorno como Aibar y sus alrededores, comparten clases, pero no solo estudian, también disfrutan y conocen a otros acordeonistas. El resultado que conseguimos los profesores en una semana intensiva de trabajo equivale al que obtenemos en un mes durante el curso ordinario", dijo Iturrioz.
La profesora destacó también la buena acogida que ha tenido esta iniciativa en el pueblo. "Desde el primer momento el Ayuntamiento se volcó con este proyecto y conseguimos varios patrocinadores, como la panadería, bares o restaurantes", comentó.
Un concierto junto a la banda de Aibar, el estreno de un cuento musical llevado a cabo por los acordeonistas más pequeños y, a nivel didáctico, la oportunidad de que los estudiantes más mayores puedan ejercer de monitores de los músicos más jóvenes una hora al día a modo de prácticas son las novedades ofrecidas por los profesores respecto al año pasado. "Vivir del acordeón a nivel de concertista es muy complicado. Muchos de nosotros tendremos que acabar en la docencia, así que el hecho de que te den la oportunidad de hacer de profesor de los más pequeños es muy positivo. Además, estás acompañado de un profesional experto que te aconseja y orienta", comentó Juan Cazcarra, de 21 años y alumno del Conservatorio Superior procedente de Alcañiz, Teruel.
Ayer por la tarde tuvo lugar otra de las novedades del curso, el concierto con la banda de Aibar. "Los acordeonistas somos solistas y tener la oportunidad de tocar con una banda de vientos es maravilloso. Los alumnos contarán con la experiencia de haber actuado con instrumentos de viento, al igual que el acordeón, pero con un funcionamiento muy distinto, con otras problemáticas, como el caso de la respiración", apuntó Iturrioz.
Hoy se clausura el curso con la interpretación de un cuento musical escrito y dramatizado por Ohiane Andueza y llevado a cabo por los más pequeños, entre ellos, Adrián Pérez, de 11 años, que comenzó a tocar el acordeón a los 7 en las Escuela de Música de Noáin y que tiene muy claro su futuro, ser profesor de música. "El cuento lo interpretamos entre cuatro acordeones. Me gusta mucho esto, te levantas pronto pero luego merece la pena porque estás aquí con los amigos estudiando, pero te entretienes. El año que viene quiero repetir", dijo.
Por otro lado, Nekane Iturrioz afirmó que los profesores han fomentado las diferentes facetas del acordeón entre sus alumnos, con el objetivo de que la gente conozca que no solo es un instrumento popular. "A nosotros nos gustaría que la gente supiese más sobre este instrumento. Nos centramos en el acordeón clásico, el contemporáneo o la improvisación, pero sin olvidar el folklore. Los alumnos interpretan obras de Bach adaptadas, estudian piezas que van desde el barroco musical, pasando por el clasicismo, el romanticismo y obras contemporáneas escritas para el instrumento", explicó Iturrioz.
Amaia Pérez de Iriarte, de 18 años, y natural de Aibar es un ejemplo de la variedad musical que se imparte en el curso. "No me centro en un solo estilo. Toco de todo. He interpretado desde canciones folklóricas como Andre Maddalen, hasta canciones de origen ruso, que me gustan mucho", comentó la joven. Adrián Pérez, por su parte, afirmó que lo que más le gusta es el folk. "Mi canción favorita es Furra Furra, de Oskorri. Pero la música clásica también la interpreto a gusto, sobre todo a Bach", dijo.
Por su parte, Juan Cazcarra, que se ha centrado sobre todo en el estudio del acordeón clásico, afirmó que es una suerte "contar con el profesor Javier López Jaso, que es uno de los pioneros del jazz acordeón. Nos está dando nociones básicas de este estilo musical y la improvisación con el acordeón sobre él", apuntó Cazcarra.