Hay otro arte en Pamplona
el colectivo salsipuedes se estrena este sábado con un encuentro de pintura, escultura, música y poesía
nO es un secreto que abrirse camino en el mundo del arte siempre resulta complicado. Pero también es una verdad a voces que en Pamplona, como en otras ciudades pequeñas, hay grupos artísticos muy cerrados y demasiadas vías oficiales a las que solo acceden unos pocos, y "muchas veces acaban siendo los mismos", dice el escultor Lázaro H. Cano. Con la intención de romper esos límites y acercarse al público, Cano ha unido fuerzas con esos otros creadores para fundar el Colectivo Salsipuedes, un proyecto de espíritu abierto y ganas de reivindicar otros espacios en la ciudad y en Navarra en general, soñando también con traspasar fronteras en un futuro no muy lejano. Como carta de presentación, este sábado celebrará el I Encuentro de Artistas en Pamplona en el entorno del estudio de Ana Pagola, en la plaza San José.
Precisamente, el taller de la pintora sirvió ayer de punto de encuentro de varios de los miembros de Salsipuedes, cuyo nombre se ha inspirado en el del emblemático callejón aledaño. Allí, además de Pagola y Cano se reunieron el poeta Víctor Zegarra y los músicos Elliot Swauger y Jordan. Los cinco participarán el sábado en un programa que también es una declaración de intenciones. "Queremos que la gente conozca nuestro trabajo y vea que no somos un grupo de jóvenes que acaba de empezar, sino unos artistas formados y con años de trayectoria que estamos aquí, trabajando sin parar sin esperar a que nos llegue una subvención", afirma Pagola, que lamenta que, en ocasiones, "te dan más oportunidades fuera de aquí que en tu tierra y eso es chocante". "En esto de la cultura también se ha creado un sistema burocrático en el que parece que te tienes que poner a la cola porque, si no, no cuentas y nosotros decimos que existimos al margen de eso", añade. Y Lázaro H. Cano, escultor cubano afincado en Navarra, coincide: "Los medios de comunicación son fundamentales para la cultura, pero a veces no reflejan a toda la gente, que es mucha, que hace cosas en esta ciudad y nos hemos visto relegados por falta de contacto con el público". En su opinión, en Pamplona hay colectivos que se mueven mucho y que pueden llegar a generar "una riqueza propia", y más en estos tiempos en los que "ya no queda dinero en las instituciones". "Aunque a nosotros eso no nos afecta, porque somos artistas y hacemos lo que hacemos", es decir, "trabajar sin parar en lo nuestro" y, como dice Víctor Zegarra, que ya va por su tercer poemario y ha recibido premios en Cuba y en Asturias, "nunca esperamos a que una mano milagrosa nos saque adelante".
talleres y más Zegarra, que ha publicado títulos como La teoría de volar, insiste en que Salsipuedes no es un colectivo de novatos. "Todos tenemos una base sólida y varios proyectos a las espaldas y nos hemos juntado no solo para mostrar nuestros proyectos en eventos como los del sábado y otros que haremos en adelante, sino también para ofrecer talleres de danza, teatro, pintura...", añade el poeta, al que le gustaría poder establecer relaciones con colegios y otros centros para ofrecerles cursos y más actividades. "Pretendemos ser un grupo abierto que vaya creciendo con otros artistas de Navarra, pero también con gente que venga de fuera y salir nosotros también a otros lugares", cuenta. Sobre todo porque, en opinión de Ana Pagola, "cuando haces las cosas bien y en serio, al público le gustan y a través del boca a boca puede surgirnos más trabajos a todos los que formamos parte de esto". "A través del boca a boca, pero también de la difusión a través de los medios de comunicación", interviene Cano, que hace mucho hincapié en que "tenemos derecho ya a expresarnos y a que se nos oiga" y, poco a poco, "a poder sacar beneficio económico de nuestro oficio". "Qué es mejor, ir a un bar un sábado y tomarse cuarenta copas o ir a un lugar donde, además de tomarte algo puedes escuchar un recital de poesía, de unas canciones o ver unos cuadros", apunta, aunque sabe que esta es una labor didáctica, "un proceso a largo plazo", en la que hay que ir involucrando a los ciudadanos poco a poco. Sin prisa, pero sin pausa.
En la velada del sábado también habrá música. La del dúo francés Agnès y Jordan y la del cantautor estadounidense Elliot Swauger, que acudirá solo o con algunos músicos. "Ya se verá, me gusta improvisar", comenta este músico curtido ya en varias giras por su país. Para él, al igual que para Jordan, Salsipuedes es, ante todo, "una reunión de amigos con los que disfrutar", pero también "una buena idea, ya que puedes ir a un concierto y, a la vez, descubrir las obras de Lázaro o la poesía de Víctor".
Las sinergias y la interacción entre unos creadores y otros son, pues, otras de las señas de identidad de esta iniciativa que, sin embargo, también cuidará que cada creador tenga su propio protagonismo y pueda expresar su personalidad, lo cual resulta muy importante, más si cabe en estos tiempos convulsos. Será que, como señala Lázaro H. Cano, "el arte es un modo de reflotar la sociedad y cuando el mundo está en llamas resulta más cañero que nunca, por eso es tan necesario".
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