Fecha: sábado, 6 de octubre. Lugar: Big Star, Atarrabia. Intérpretes: Últimos Ritos, formación integrada por Iván, a la voz, Raúl e Iker, a las guitarras, Jaime, al bajo, y Beja, a la batería. Incidencias: presentación de Canciones oscuras para días sin luz, 1 hora y 20 minutos de duración, bises incluidos. Asistencia discreta, público participativo.
DEMOLEDORES. Bestiales. Brutales, a la hora de presentar en público este, su personal satánico plan: el CD de seis canciones que acaban de publicar. Así pues, he aquí cómo lucieron Últimos Ritos dicha noche en Big Star, local que acogió a la banda el primer sábado de octubre, día verdaderamente importante para ellos. Tintado de rojo en su calendario. De un color rojo sangre -si se quiere-? o, en cualquier caso, rico en connotaciones relacionadas con celebraciones y rituales como este: la presentación de un siempre bienvenido vástago musical.
Ante un público íntegramente integrado por acólitos confesos de la banda, plenamente conocedor de los músicos y de sus virtudes (experiencias musicales previas de los mismos incluidas; esto es, de formaciones como Stop o Kizio), la ceremonia, el ritual musical llamado a cobrar vida quedó materializado de facto con la interpretación de Ritus Maximus, tema que tuvieron a bien detonar disfrazados; himno de salutación que, erigido sobre una concepción del metal de tenebrosas y oscuras connotaciones, llevó a los presentes a comulgar de inmediato con la celebración que allí acababa de empezar. Despojados los músicos de los atrezzos mostrados, acto seguido, los comandados por Iván, quien se mostró en todo momento totalmente metido en su papel (normal, contando el citado con la mili con que cuenta a sus espaldas: no olvidemos que fue el frontman de los prometedores Kizio, en la década de los noventa) protagonizaron una nueva deflagración, sonando a continuación el primero de los temas incluidos en la grabación llamados a hacerlo, Sin pekado entretenido: composición que, seguida de un nuevo tema inédito, encontró su lugar poco antes de que lo hiciera otro igualmente de estreno, El arte de cortar, con el oficiante y portador de la voz cantante del ritual, ejemplar -y ejemplo- de viejo rockero que nunca muere, luciendo un delantal de carnicero. Y de esta forma, entre canciones recién editadas, protagonistas por excelencia de la fiesta; temas no publicados, alguna que otra versión de legendarios hits y temas nuevos inéditos transcurrió la sesión; entre la interpretación de canciones del CD como Miedo o Progresión/Evasión (pórtico de entrada a dicho infierno musicado) o versiones como las que sonaron de Sepultura (con tres guitarras prendiendo la hoguera sonora, Iván a una de ellas además de a la imponente voz), o de grupos como Kizio y Koma -ya en la recta final-, quedando la noche definitivamente sellada con los hits de estos últimos Suicida y Caer, respectivamente.
Fe, actitud y presencia escénica a raudales, caminando por los escenarios prestos al encuentro con Satán, Últimos Ritos abrieron su particular caja de los truenos en Atarrabia, demoliendo el ambiente, calentándolo (o incendiándolo -mejor dicho-) y no dejando indiferente a nadie con la música brindada. Con su brutalidad ritual, en la noche de presentación de sus seis nuevas canciones, seis. 666. Últimos Ritos, quinteto que, siguiendo las ígneas sendas trazadas por grandes del metal como Sepultura, Pantera o Koma, últimamente está haciendo cierto ruido. Mediático -queremos decir- pero eso, mucho ruido. Dejándose ver y oír en los medios. Nos vemos en el próximo ritual.