Historia de un puñetazo
El motivo de la agresión de Vargas Llosa a Gabo, que sigue siendo un misterio, se ha convertido en leyenda
madrid - Un puñetazo quebró hace años la amistad que unió a Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa y el incidente dio lugar a una leyenda que engrandeció, si cabe más aún, las figuras de ambos escritores, los dos Premio Nobel de Literatura.
Los novelistas, que se conocieron en Venezuela en 1967, protagonizaron una de las rivalidades más famosas en el mundo literario desde que en 1976 Vargas Llosa propinó en México, ante testigos, un puñetazo a su otrora amigo. El motivo de la disputa ha sido un misterio desde entonces porque los escritores han mantenido un histórico pacto de silencio entre caballeros.
Rodrigo Moya, amigo de Gabo, publicó en 2007 un artículo y fotos del incidente el mismo día en el que el autor de Cien años de soledad cumplía 80 años y en las que aparecía con el ojo izquierdo amoratado.
Moya, fotógrafo mexicano de origen colombiano, explicaba que la había hecho el 14 de febrero de 1976, dos días después del incidente, porque García Márquez quería tener "una constancia" de aquella agresión.
El fotógrafo le preguntó entonces al escritor qué había pasado y este fue "evasivo" y atribuyó la agresión a "las diferencias" que ya eran insalvables en la medida en que el autor peruano "se sumaba a ritmo acelerado al pensamiento de derecha".
Fue Mercedes Barcha, la esposa de Gabo, quien hizo el comentario más elocuente: "Es que Mario es un celoso estúpido", cuenta el fotógrafo que dijo ella.
"Mientras ambas parejas vivían en París, los García Márquez habían tratado de mediar en los disturbios conyugales entre Vargas Llosa y su esposa, Patricia, acogiendo sus confidencias", apuntaba Moya.
La versión del periodista hispano-peruano Francisco Paco Igartua, la que mayor fuerza ha tomado con el paso del tiempo, se remite también a un origen en discrepancias sentimentales entre Vargas Llosa y su mujer.
El británico Gerald Martin, en su biografía Gabriel García Márquez: una vida, da otra pista para desvelar el enigma: Vargas Llosa le dijo al colombiano: "Esto es por lo que le dijiste a Patricia" o "Esto es por lo que le hiciste a Patricia".
Aunque la reconciliación hubiera sido "muy deseable" por la "magnitud literaria" de los dos, según Eduardo Becerra, experto en literatura hispanoamericana, lo cierto es que el abrazo de la reconciliación jamás se ha producido. - Efe