ilusión y entusiasmo. Son las dos palabras que mejor definen la situación profesional en la que se encuentran los actores navarros Álex Larumbe y Natalia Huarte, dos jóvenes que hace unos años pusieron rumbo a Madrid y que hoy pisan el escenario con la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC). En el caso de Natalia, el de las Naves del Español en el Matadero de Madrid, con La cortesía de España, en cartel desde principios de abril, y en el de Álex, el del Teatro Pavón desde el próximo 8 de mayo con Las dos bandoleras.

Los dos se iniciaron en el Taller de teatro del IES Navarro Villoslada de la mano de Ignacio Aranguren . "Gran parte de la culpa es suya, él me enseñó el disfrute, la artesanía y la exigencia de esto que con el tiempo se ha convertido en mi oficio", apunta Larumbe (Pamplona, 1986), que en aquel 2003 representó Los Caciques, de Carlos Arniches. Para Huarte (Pamplona, 1989), la primera pasión artística fue la danza, "pero al entrar en el instituto y descubrir el grupo de teatro quise probar qué se sentía al ponerte en la piel de otro y compartir esa experiencia con el público", indica la actriz, que se estrenó con La Posadera, de Carlo de Goldoni, en 2007. Al margen de aquellas funciones escolares, Huarte representó un pequeño monólogo autodirigido en Baluarte en 2011 y Larumbe estuvo dos años en el taller de la UPNA, donde tuvo ocasión de pisar las tablas "de mi amado Teatro Gayarre". Y los dos coinciden en que les encantaría regresar a casa pronto para mostrar lo aprendido durante estos años.

Ambos actores coincidieron en las aulas de la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD), adonde acudieron después de recibir una formación más básica en Navarra, aunque Álex tuvo que cursar antes tres años de Derecho en Pamplona para "darme cuenta de que quería probar en Madrid como experiencia de realización personal y para ver si era posible vivir del arte", decisión en la que siempre contó con el apoyo de sus padres. En el prestigioso centro madrileño recibieron clases de profesores que mencionan casi con devoción como Nuria Alkorta, Vicente Fuentes y Charo Amador, y, al terminar, Natalia se fue un año al The Michael Chekhov Acting Studio de Nueva York, donde conoció a Lenard Petit, Ted Pugh o Fern Sloan.

En verso

Interesante y motivador

Aunque ya tienen algunos títulos a las espaldas, su carrera está en ciernes y los dos coinciden en sentirse "atrapados" por el teatro clásico. "El verso del Siglo de Oro español me sigue pareciendo a día de hoy una de las formas más inteligentes y más hermosas de expresar las partes más profundas del ser humano, y, además, me parece que, aunque se escribieron hace unos siglos, estos textos siguen de rabiosa actualidad", indica Larumbe, que no se cansa de interpretar, leer y escuchar el verso. "Y no me parece una forma elitista, como se suele pensar, exclusiva de aquellos que llamamos entendidos del arte, sino que cualquier persona puede entrar en ese código y entenderlo muy bien y disfrutarlo si está bien interpretado, bien dirigido", añade.

Huarte sabe que se trata de un lenguaje complejo, con una estructura que hace que pueda parecer difícil de interpretar y de entender, "pero, para mí, precisamente esa forma, bien entendida, hace que la palabra vuele y llegue al espectador con una sonoridad y una belleza que quizá en otro tipo de teatro no encuentras". En su opinión, "descifrar el código del verso, conseguir encontrar la facilidad dentro de lo complejo es lo que hace que podamos acercar esos textos a nuestros días, y eso es justo lo que me parece más interesante y motivador".

Deseos de futuro

Actuar en el Gayarre

En cuanto al futuro, la mayor aspiración de la actriz es seguir trabajando en las funciones de La cortesía de España con la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, "y quizá en un futuro seguir formándome y pensar en hacer algo más personal, algo que tenga que ver con mi capacidad creativa", para lo cual, contar con un grupo de personas cercanas y de confianza resultaría básico. "Un pacto común, trabajo y cariño serían los ingredientes necesarios", continúa la intérprete, que prefiere concentrarse en el presente. "Hace poco escuché una entrevista de José Luis Gómez en la que contaba cómo Lee Strassberg le dijo 'un actor lo que tiene que hacer es trabajar y cuando no tiene trabajo tiene que seguir formándose". La actriz lo suscribe.

En la misma línea, Larumbe, opta por concentrarse en "trabajar con energía, darme y recibir de los demás, aprender y disfrutar de lo que hago", además de "crear y aportar mi punto de vista a mis trabajos". Y desliza un deseo, "volver a pisar las tablas del Gayarre".

Los dos saben que el sector no atraviesa su mejor momento, pero les sobra entusiasmo y un optimismo apoyado en el ahínco. "La cultura debe ser accesible y nosotros tenemos que seguir aportando nuestra energía con más fuerza que nunca. En estos momentos, hay que emplearse a fondo para trabajar en nuestro sector, pero yo creo que con esfuerzo se puede salir adelante", termina el actor.

Clásico y contemporáneo. Natalia Huarte ha interpretado los siguientes títulos hasta la fecha: Yo estaba en casa y esperaba que viniera la lluvia, de Jean-Luc Lagarce, en 2010; Art Brut, de Carlos Contreras y Javier Pastor (2011); The Long Christmas dinner, de Thorton Wilder (2012); La noche toledana, de Lope de Vega (2013); Juicio a Don Juan (2013) y La cortesía de España (2014).

Cine y teatro. Álex Larumbe trabajó en Antígona, de Sófocles, una gran producción del Festival de Mérida en 2011, A partir de ese momento ha ido enlazando proyectos de distinto tipo y género y en 2012 trabajó en la película histórica Un dios prohibido que se estrenó el año pasado.

Larumbe "hay que tocar todos los palos"

El actor está enganchado al clásico, pero cree que "hay que tocar todos los palos". "Con cada cosa nueva aprendes. Teatro contemporáneo, alternativo, clásico, cine, televisión; he hecho de todo y me encanta".

huarte "La interpretación es la suma de experiencias"

"No he elegido una opción única y definitiva", explica la actriz, que opina que la interpretación es "una suma de experiencias" y que "hay que formarse, ver, escuchar y trabajar en distintos formatos".