pamplona - Las galerías de arte de Pamplona Canvas y Orizuru cerrarán sus puertas este mes, después de 3 y 5 años en activo, respectivamente. La mala situación económica, que afecta al mercado del arte local, hace inviable la continuidad de ambos espacios.
Canvas, que abrió sus puertas en Bergamín 13 en noviembre de 2011, se clausura este fin de semana con una "mini-muestra" especial, a modo de mercadillo artístico, en la que ocho creadores colaboradores de la galería expondrán obras de pequeño formato. En concreto, participan Mikel Cabrerizo, Teresa Sabaté, Jon Solaun, Ainhoa De Sola, Pedro Marco Landa, Gonzalo Nicuesa, Koldo Agarraberes y Araitz Urbeltz. El último evento de Canvas se celebrará entre esta tarde (de 18.00 a 21.30 horas) y mañana por la mañana (en horario de 11.00 a 14.30 horas). A lo largo de estos tres últimos cursos, la Galería Canvas, bajo la dirección de Celia Palacio, ha desarrollado una intensa actividad de exposiciones -alrededor de una veintena-, mostrando a diferentes artistas del panorama actual, navarros y foráneos, a la vez que ha llevado a cabo otras iniciativas como la participación en ferias fuera de nuestras fronteras (Room-art en Madrid, Cutlog en París) o la edición de monografías de artistas. "Desgraciadamente la situación económica actual se acaba imponiendo y con mucho pesar y tras meditarlo durante mucho tiempo, hemos decido cesar la actividad. De cara a la última programación me dije: si no mejora la cosa, se acaba", comentaba ayer Celia Palacio, con una mezcla de tristeza y también satisfacción por el trabajo realizado. "Aunque ha fallado lo fundamental, las ventas y el público, pero sobre todo las ventas, soy positiva y el balance que hago es bueno. No ha habido ganancias económicas, pero he aprendido muchísimo, he conocido gente estupenda y ha sido una experiencia muy enriquecedora haber llevado a cabo proyectos de cierta envergadura dentro del arte en Navarra", añadía.
Por su parte, la galerista de Orizuru, Keiko Hoshino, que impulsó en octubre de 2009 dicho espacio, ubicado en San Gregorio 26, reconoce que el esfuerzo invertido no ha dado sus frutos. "Da pena cerrar, pero no puedo invertir más. Son muchos gastos que no tienen su compensación, y muy poco público el que entra a la galería... Abrimos hace cinco años con mucha ilusión y ha habido exposiciones muy satisfactorias, pero año a año la cosa ha ido empeorando, y no se puede seguir", admite la galerista y pintora japonesa afincada en Navarra, cuyo proyecto es centrarse a partir de ahora en dar rienda suelta a su faceta de creadora. La última exposición de Orizuru, Japón: tradición y modernidad, de fotografías de Javier Hergueta Sanz, se puede visitar todavía, hasta el día 28 de este mes.