Londres - El director británico Mike Leigh captura “lo sublime y anárquico” de J.M.W. Turner (1775-1851) en Mr. Turner, un filme que expone el lado humano del pintor, considerado como uno de los mejores paisajistas de todos los tiempos. En una cinta de 149 minutos, Leigh, con una laureada obra que incluye Secretos y mentiras, El secreto de Vera Drake o Happy: Un cuento sobre la felicidad, explora la personalidad “compleja y contradictoria” del artista londinense, que admira desde que era estudiante de arte en los años 60, confiesa en una entrevista.
Ya en 1998, cuando hacía Topsy-Turvy -su única otra película histórica-, se le ocurrió contar la historia de Turner, “un gigante entre artistas, decidido y prolífico, revolucionario en su punto de vista y clarividente”, explica.
Sus lecturas iniciales le confirmaron que el pintor fascinado con la luz tenía una personalidad digna de ser examinada, con el reto de contraponer su carácter “anárquico, errático y vulnerable, egoísta y a veces insincero” con la belleza “épica y sublime de su obra”. Esa tensión nunca abandona la pantalla en Mr. Turner, el filme que se estrena el próximo 19 de diciembre en España y que es firme candidato a los Bafta británicos y a los Oscar.
La película, con un reparto estelar de actores “de personaje, que no se interpretan a sí mismos” -matiza el director-, cubre el último cuarto de vida de Joseph Mallord William Turner, cuando, entre otras cosas, pintó The Fighting Temeraire (El emerario remolcado a dique seco), para muchos su obra maestra.
Apenado por la muerte de su padre, en este periodo el pintor inicia una relación con la viuda Sophia Booth, con quien se instala en el barrio londinense de Chelsea, llevando una doble vida que su fiel asistenta y encargada de su estudio, Hannah, solo descubre cuando él está a las puertas de la muerte.
En esta época, viaja, pinta, se relaciona con patrones del arte, visita prostíbulos, destaca como miembro de la Real Academia de las Artes británica -hay en el filme una curiosa escena verídica con su rival John Constable-, desprecia a su examante Sarah Danby y a sus dos hijas comunes y se convierte en un artista tan loado como vilipendiado por el público y la realeza. - Efe