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Carlos Aurensanz salta al ‘thriller’ ‘histórico’ con ‘La puerta pintada’

La novela hunde su trama en la posguerra y tiene en el pórtico de la Catedral de Tudela su eje central

Carlos Aurensanz salta al ‘thriller’ ‘histórico’ con ‘La puerta pintada’

pamplona - Su trilogía sobre los Banu Qasi le situó, merecidamente, como uno de los nuevos valores de la novela histórica. Inmerso ya en el proceso del que sería su cuarto libro radicado en ese género, al escritor tudelano Carlos Aurensanz se le cruzó un artículo publicado en DIARIO DE NOTICIAS. Un suceso, del que no se pueden desvelar más datos sin revelar la trama, que ejerció como detonante para que, en menos de un año, alumbrara La puerta pintada, un thriller imbricado en la posguerra civil española que se desarrolla en la ciudad de Puente Real, álter egoliterario de Tudela en la novela.

Afable, con ese brillo en el rostro que solo poseen aquellos que disfrutan y se divierten con lo que hacen, Carlos Aurensanz dejó la capital ribera por un día para plantarse en la vieja Iruña y dar buena cuenta de su nuevo retoño literario. “Tenía ganas de cambiar de registro, ya que llevaba seis años metido en la trilogía y la novela histórica te exige mucho rigor... Tenía ganas de liberarme de esa atadura y de hacer algo en el que tuviera más cabida la creatividad”, apunta a modo de introducción conversatoria.

Una huida del rigor y de la historia ciertamente relativa puesto que, aunque no se retrotrae siglos atrás, La puerta pintada es todo un ejercicio de memoria histórica que transporta al lector a dos épocas recientes y terribles marcadas a fuego por los años 1936 y 1949. “En principio iba a ser un thriller, una novela de asesinatos y de intriga. Pero decidí ubicarla temporalmente en la Guerra Civil y en la posguerra; un época que creía conocer bastante bien pero que, cuando llegan a tus manos libros como Navarra 1936, de la esperanza al terror (Altaffaylla, 2003), y empiezas a leer testimonios y a profundizar en lo que pasó... Te nace la necesidad de reflejar aquel drama en la novela, de forma que, lo que iba a ser el telón de fondo de la historia ha cobrado mucho más protagonismo”. Al hilo de ese telón de fondo protagonista, Aurensanz no puede mantener una equidistancia con los hechos, “puesto que un bando tenía la legitimidad democrática de la república mientras que el otro se rebeló contra esa legitimidad. Por lo tanto, los responsables fueron unos y las víctimas fueron otros, sabiendo que ambos bandos cometieron tropelías durante la guerra. Parece mentira que nuestros abuelos, hace cuatro días, estuvieran inmersos en semejante tragedia”.

Lejos de cualquier afán revanchista, la motivación que llevó a Carlos Aurensanz a mostrar estos crudos acontecimientos, durante tantos años tapados, no es otra que su mero conocimiento popular con el objetivo final de que “intentemos que no se vuelvan a repetir. Hay personajes a los que no se les ha reconocido el papel que ejercieron, como fue el alcalde de Tudela Aquiles Cuadra. Precisamente, hace un mes se reconoció con un placa a los empleados públicos que murieron después del 18 de julio del 36, ¡que ya era hora! Por eso también en la novela he creído que era justo acordarme de ellos y darles cierto protagonismo”.

Tudela y Puente Real “Podía haberla llamado Tudela, pero hubiera sido personalizar demasiado, así que preferí utilizar un nombre imaginario, simplemente porque la acción podía haber transcurrido en cualquier otra ciudad de España, aunque sí es cierto que la iniciativa del golpe de Estado partió de Navarra y eso nos hizo formar parte inmediatamente de la zona nacional. En cualquier caso, aunque el nombre sea ficticio, yo cuento lo que sucedió aquí, y cualquier lector reconocerá inmediatamente la ciudad de Tudela”. De hecho, la Puerta del Juicio de la Catedral de Tudela es un elemento clave de la novela, hasta el punto que el autor ha incluido un epílogo con diferentes imágenes de los castigos para los pecadores que en dicho pórtico se revelan esculpidos. “En esta novela, tener en la mano las imágenes de las dovelas de la Puerta del Juicio es muy importante para que el lector vaya viéndolas a medida que se van comentando en la trama”.

Un trama que atrapa El desarrollo de la trama divide la novela en tres partes, con una elipsis temporal entre medio. “Simplemente he estructurado la trama de manera que no quede todo demasiado evidente desde el principio y para que el lector pueda mantener el interés hasta el final, lo que no quita para que sea una estructura extraña en una novela de intriga, ya que el asesino se desvela a mitad del libro, para posteriormente regresar al principio y desvelar los motivos psicológicos que le llevan al personaje a actuar como actúa”.

Religión, arte, guerra y amor son solos cuatro jinetes que hacen cabalgar a una novela que atrapa, marcada por la “intriga, aunque también es costumbrista, ya que retrata la sociedad cerrada de la posguerra, y cuenta con su pequeña historia de amor y de venganza. En definitiva, son las grandes pasiones que hacen atractiva la trama de una novela”.

Sinopsis. Año 1949. La aparición de un cadáver junto al río está a punto de trastornar la vida de los habitantes de Puente Real, una tranquila ciudad de provincias en la posguerra. Es solo el primero de una serie de extraños crímenes que van a cambiar para siempre la vida de don Manuel, el médico forense encargado de la investigación. Año 1936. Ha estallado la Guerra Civil. A su pesar, la vida de Salvador, un impresor simpatizante de las izquierdas, y la de su esposa Teresa, maestra en una escuela de la República, se ven arrastradas inexorablemente hacia la tragedia y la muerte.

El autor. Carlos Aurensanz es licenciado en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza y desarrolla su actividad profesional en el campo de la Salud Pública.

En 2009 comenzó su carrera literaria con la aparición de Banu Qasi. Los hijos de Casio, primer titulo de la trilogía (Ediciones B) que continuó en 2011 con Banu Qasi. La guerra de Al Ándalus y se cerró en 2013 con Banu Qasi. La hora del califa.