pamplona - “A Pablo le decían que iba a ser un escritor recordado dentro de 400 años. De momento han pasado cinco años y ocho meses desde su fallecimiento y esta es una muestra de que se le sigue recordando”, señaló ayer Elvira Sáinz, viuda de Pablo Antoñana, en la presentación de Kronika txikia, la traducción en euskera de Pequeña crónica, una obra que el escritor navarro publicó por primera vez en 1975 y que ahora reedita la editorial Pamiela.
“Es un día muy importante para la familia y para todos los lectores euskaldunes de Pablo porque se publica esta novela en euskera, una lengua que él amaba y que aprendió ya de mayor”, añadió una de sus hijas, Blanca.
Un día importante y simbólico, en el que parecía que la historia se repetía. Y es que, Pequeña crónica fue la primera obra que publicó la editorial Pamiela (por aquél entonces una revista) y que presentó en la librería Hauzolan (llamada ahora Auzolan), que acogió ayer de nuevo, 31 años después, la presentación de esta novela, ahora en euskera. “En 1984, en este mismo lugar, fue donde se puso en marcha la revista Pamiela. En el número cuatro le dedicamos un suplemento a Pablo, que es el causante de que hoy volvamos a estar aquí”, apuntaron Txema Aranaz y Pello Elzaburu, los responsables de la editorial navarra.
En este “homenaje a través de sus escritos”, como comentó Blanca, estuvo presente también Elvira Antoñana, hija del escritor y Elvira Sáinz; junto a Toño Muro y Luis Mari Larrañaga, dos de las personas que más de cerca conocen la obra del autor navarro, ya que el primero ha realizado una tesis doctoral sobre su obra y el segundo se ha encargado de traducir Kronika txikia y Juli Andrea (Señora Julia), uno de los cuentos de Antoñana y que se incluye también en esta reedición de Pamiela.
una obra con “corazón” En opinión de Muro, Pequeña crónica-Kronika txikia es la obra de Antoñana que más éxito ha tenido, a raíz del número de ediciones que se han realizado sobre ella (Ganó el Premio Gipuzkoa de Novela en 1972, se publicó en la revista Kurpil de Donostia en 1975, Pamiela la publicó en 1984 y en 1985, y el periódico Deia lo hizo en el año 2002). Es, además, la primera novela que marca la madurez del escritor navarro, “el primer texto largo que muestra al mejor Antoñana que todos conocemos”, y el libro en el que puso “más corazón”.
“La historia narra la decadencia de una familia señorial, un tema que había aparecido en novelas anteriores pero de manera muy secundaria, y que en este libro se convierte en la trama principal. La voz narrativa además cambia con respecto a sus novelas anteriores, en las que el narrador era una tercera persona, mientras que en Pequeña Crónica es la criada de confianza”, explica Muro, para quien la historia familiar de Antoñana inspira esta novela. “Hay que tener en cuenta que la familia materna de Pablo fueron los criados de confianza de la familia del escritor Navarro Villoslada y que él dedica este libro a su madre Blanca Chasco ya en la edición que se hizo en la revista Kurpil. De hecho Pablo siempre contaba que él nació en la misma cama en la que había muerto Navarro Villoslada. No es la historia de Blanca Chasco, no tiene nada que ver, pero es una inspiración clara”, añade.
estilo y traducción “Hay párrafos que me he podido leer 40 veces y otros tres. Realmente no lo sé”, señaló Luis Mari Larrañaga, quien se ha encargado de traducir la obra del castellano al euskera y quien consideró que este libro de Antoñana es un texto “para leer despacio, poco a poco, sacándole gusto”. “Hay detalles que no tienen relación directa con la historia pero tienen mucho valor porque crean un ambiente. Por ejemplo cuando describe el polvo que hay en la casa o explica que los relojes están parados en los bolsillos y hay que darles cuerda, lo que describe es un mundo que está decayendo”, expone Larrañaga.
El traductor, además, relató que la proposición le vino por parte de Iñaki Basterrika y otros miembros de la banda Hitz and Fitz, en 1998, y que pese a haberse convertido en un “proceso largo” por ser una novela que necesita “reposo”, la ventaja es que ha sido una traducción que ha realizado “por amor al arte y al ego” y de la que finalmente ha sido “capaz”.