¿Y si el debate lo perdieron los moderadores? Lo digo más que nada por la frase de Pablo Iglesias a Vicente Vallés de que estuviera tranquilo a lo que el periodista respondió que él no se jugaba nada. Pero, ¿qué se jugaban los medios que transmitieron el debate y qué su jugaban los que no lo hicieron? Por si esto fuera poco Antena 3 se llevó a Pedro Sánchez a El Hormiguero como antes había hecho con Pablo Iglesias y Albert Rivera además de la eterna sustituta Soraya Sáenz de Santamaría -¿de qué me sonará este apellido?-. Desde luego, el debate no lo ganaron los moderadores Vallés y Ana Pastor pero por lo menos ambos aportaron cierta personalidad periodística de fuste. En el caso de Pablo Motos, lo de sus entrevistas a los candidatos -o lo que sean estas entrevistas y estos candidatos- es otra historia. Nadie sabe si lo suyo está cerca de El club de la comedia o si su propósito es hacer piruetas de magia o pura física y química. Las entrevistas de Pablo Motos están diseñadas como haciendo promoción de quien entreviste. Unas veces es Will Smith que viene a vender su último filme y, otras, Albert Rivera contándonos su aventura de Las Ramblas a La Moncloa, al estilo Marco y su mono Amedio. El lunes le toca el turno a Campo Vidal, del que siempre pensé que era un eterno prejubilado de la profesión televisiva hasta que lo consulté en Wikipedia y vi que no. Que más que no ejercer la profesión es que en realidad no es periodista de formación. Y aquí entramos en la eterna cuestión. La tele está llena de profesionales que cobran por ejercer de periodistas que no han pasado por las facultades de Periodismo, Ciencias de la Información o Comunicación -que es como se llama ahora-. Si miras el panorama de entrevistadores de la tele, los periodistas son la excepción. Los llaman periodistas cuando puestos a decir la verdad, aunque moderen, deberían llamarlos de otra manera.
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