PAMPLONA- "Minerita", el cortometraje documental dirigido por el navarro Raúl de la Fuente, no optará al premio Óscar en esta categoría al no conseguir hoy la nominación para estos galardones, anunció la Academia de Hollywood.

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Raúl de la Fuente, único representante español entre los preseleccionados a los Oscar este año, se declara un ferviente admirador del escritor y reportero polaco Ryszard Kapuscinski, al que dedicará su próximo largometraje, que espera estrenar el próximo otoño.

Como al autor de "Un día más con vida" -la obra en que se basará esa película-, a De la Fuente le interesan las historias de la "gente sin voz", personas "que sufren y luchan por sobrevivir", dice a Efe a unas horas de conocerse la lista definitiva de nominados.

Precisamente ha sido una de esas historias, "Minerita", la que le ha llevado hasta las puertas de Hollywood, al colocarse entre los diez prefinalistas al mejor cortometraje.

Se trata de un filme de 27 minutos que refleja cómo se juegan la vida las mujeres que trabajan en las minas del Cerro Rico de Potosí, en Bolivia y que ganó el año pasado el Goya al mejor corto documental.

"Fue una corazonada", dice De la Fuente para tratar de explicar por qué empaquetó su mochila rumbo a Bolivia, tras leer un artículo sobre el trabajo en las minas. "Surgió al ver la foto de una niña con un casco y una frase en la que explicaba cómo avanzaba como un lagarto por las galerías, sin apenas espacio", añade.

"Minerita" narra la lucha por la supervivencia de tres mujeres, Lucía, Ivone y Abigail, que además de las duras condiciones de trabajo y la pobreza, se enfrentan al peligro y la violencia en las calles, en una zona que la policía apenas pisa, cuando no en sus propias casas.

"Me impliqué mucho con las protagonistas, fue un trabajo muy emocional", asegura. "Ser minero es duro, pero ser minera en Bolivia es un infierno en la Tierra", añade sobre este mundo tan poco conocido.

Por suerte, a día de hoy, la situación de las tres ha mejorado sustancialmente. Una de ellas, Abigail, de 17 años, ha logrado mudarse a Bolivia y se prepara para ser policía. Ivone, de 16, sigue en el cerro pero trabaja en una ONG y la tercera, a punto de jubilarse, ha podido ahorrar para comprar un terreno fuera.

"Ellas han tenido suerte, pero la situación general no cambia o en todo caso ha empeorado", dice el director, que mantiene el contacto con el Centro de promoción minera, Cepromin, que trabaja en la zona.

De la Fuente recuerda también la dureza de un rodaje que estuvo a punto de no poder llevarse a cabo, dado que uno de los tres miembros del equipo, precisamente el que tenía los contactos locales, tuvo un problema de salud, una complicación pulmonar a raíz del mal de altura, y estuvo a punto de morir.

"Al final salvó la vida y mi otro compañero, Axel O'Mill, y yo emprendimos el rodaje", explica. "Pero llegamos ya al cerro con el corazón agarrotado, y descubrir después el miedo con el que vivían esas mujeres 24 horas al día nos puso en una situación muy extrema emocionalmente".

El proyecto sobre Kapuscinsky es ahora su máxima ilusión. El filme, una coproducción en la que también participan Alemania, Polonia, Bélgica y Hungría, combinará animación en 3D con imágenes documentales rodadas en Angola, donde se desarrolla la trama, en los prolegómenos de la guerra de independencia.

"Esa es la magia que quiero dar al proyecto, fusionar dos géneros antagónicos para dar lugar a género diferente", señala.

"La historia -prosigue- tiene todos los elementos que me gustan. Se desarrolla en la Angola previa a la independencia, en formato de cuenta atrás y con el contexto de la Guerra Fría, cuando el país, rico en petróleo y diamantes, era un tablero de ajedrez que enfrentaba a EEUU y URSS".