Una corona en dirección prohibida
Hay un plano recurrente estos días que no puede ser más revelador. Es el que utilizan varios informativos -entre ellos los de Antena 3, por ejemplo- para ubicar a sus reporteros cada vez que se habla de la responsabilidad del rey Felipe VI en esta pesadilla de pedir a un candidato que forme Gobierno. El paraje que digo es frío y distante. Un cruce en el que se ven las biondas metálicas de todas las carreteras y dos inquietantes señales de dirección prohibida en las que dentro hay una figura de una persona. Se supone que al otro lado de esa carretera, en la lejanía, se encuentra el palacio de la Zarzuela. No se termina de entender qué mentalidad puede tener un monarca que permite que los periodistas informen de sus cuitas en un cruce a la intemperie. Un cruce con todo el aspecto de ser una carretera pública pero en la que no se permite el acceso del público. Señales de ese tipo parecen que se las han inventado en exclusiva para que los conductores perdidos no molesten a sus majestades en sus inmensos jardines reales. Y hablando de jardines o de meterse en ellos, no puedo hablarles de la gala de los Goya de ayer. Un viaje al carnaval de Tenerife me lo ha impedido aunque no descarto que el próximo martes no le hinquemos el diente. Esta gala presentada por Dani Rovira tuvo mejor pinta que su patética promoción en TVE. Y hablando de promociones y patetismo: ya hay canción para Eurovisión. La canta una tal Barei y es toda, todita en inglés. Conste que lo han intentado pero no han conseguido que la chica pida una traducción al castellano. Ya se lo decía el otro día a Mariló Montero: “Si no cambiamos de manera de hacer las cosas y las hacemos igual luego obtenemos malos resultados”. Si este año Barei no obtiene buen resultado cantando en inglés para el año que viene propongo enviar una canción sin cantante ni letra. Título, Una corona en dirección prohibida. Que se den cuenta en Europa que tampoco hemos mejorado mucho desde el La, la, la... de Massiel.