pamplona - A Ángel Mariezkurrena dentro de no muchos años habrá que hacerle un monumento. Involucrado hasta la médula en recuperar los kantu zaharrak, ha conseguido a base de esfuerzo, tesón, buen hacer y mucho sacrificio, que está tradición reviva con fuerza en toda Euskal Herria.

Tras un exitoso debut en 2016, Sanferminetako Kantu Zaharren Bazkaria regresa de nuevo a Baluarte, en esta ocasión el 7 de julio, manteniendo la incipiente tradición de celebrarse siempre en viernes. ¿Qué novedades presenta con respecto al espectáculo del pasado año?

-El año pasado lo que hicimos fue coger el formato del Kantu Zaharren Eguna, que se celebra todos los años el último sábado de noviembre, en Dantxarinea, y traerlo a Sanfermines. Y lo hicimos porque creo que se trata de una fiesta familiar, cultural y en la que todo el mundo puede participar, de forma que, al menos por un día, podamos olvidarnos de nuestros problemas. Fue algo especial porque cada kantu zaharrak, en cada lugar, digamos que tiene su especialidad, su manera de cantar y su forma de hacer la fiesta. Pero esto también nos generaba alguna duda porque, precisamente, sabíamos que lo de San Fermín tenía que ser diferente a lo de Dantxarinea. Y la verdad es que fue muy diferente. Mientras que en Dantxarinea el kantu zaharra empieza poco a poco, en San Fermín, la gente, ya desde la primera canción, está con ánimo y ganas de fiesta. También las canciones se eligieron especialmente para este evento, lo que propició que incluso desde la tercera canción algunos ya se lanzaran a bailar. Pero siempre manteniendo la sensación de que la gente lo disfruta sentimentalmente. Y además fue un día plagado de anécdotas, entre ellas, la de un grupo de mexicanos que se sorprendieron al encontrarse con varias mexicanas en el repertorio. Y es que el kantu zaharra en Sanfermines lo que trata es de recuperar la tradición, pero incluyendo otros elementos como los gigantes y cabezudos, las mexicanas, los dantzaris de Lei-tza, los joladunak de Zubieta...

Por lo tanto, los elementos clave del año pasado se repiten...

-Sí, el año pasado se trataba de ver cómo iba a funcionar, aunque llevamos años con los kantu zaharrak por toda Euskal Herria, pero como digo, cada sitio es distinto. Como novedad, este año hemos habilitado un menú de 12 euros para niños, porque creemos que esta es una fiesta familiar y queremos con los padres vengan con sus hijos, que les enseñen desde pequeños lo que son los kantu zaharrak. Además, este año creo que se alargarán un poco más: empezar hacia las dos, con el Euskal Herrian Euskaraz y terminará hacia las ocho y media de la noche. En esta ocasión contaremos con seis músicos profesionales, dirigidos por Aitor Ibarra, y, entre otros contaremos con Juanpa Agirre... Pero los protagonistas son la gente, que es la que tiene que disfrutar, cantar y bailar.

Precisamente, tras la experiencia del año pasado, ¿habrá cambios en el repertorio?

-Se repetirán muchas canciones también variaremos otras tantas, ya que el mismo formato de los Sanfermines te lo exige. El año pasado íbamos con un repertorio basado en nuestros años de experiencia, y trajimos las canciones que más se cantaban en Euskal Herria, pero es que, como digo, los Sanfermines te exigen otro tipo de canciones, más ambientadas. Y en este sentido, sí que habrá un cambio de repertorio porque la propia gente te lo va a pedir. Por otra parte, lo que intentamos es que la gente no solo cante sino que también baile. Y en este mismo sentido, lo que pretendemos es que la gente de fuera, de otros países, también tenga la oportunidad de ver y disfrutar lo que es la cultura vasca, ya que en el kantu zaharra en Sanfermines lo redondearemos con todo: los cantos, los gigantes, los cabezudos, los dantzaris, el libreto, la gastronomía y la bebida navarra. Creo que es muy importante para que la gente de fuera que viene estos días a Pamplona vea la riqueza que tenemos aquí.

Más que una comida o una fiesta, ¿es un espectáculo gastronómico que reúne nuestra cultura tradicional?

-Cuando empecé a organizar esto, hace 16 años, jamás pensé que el kantu zaharra me podía enseñar tanto. Y lo que más me han enseñado, precisamente, ha sido la educación y el respeto a las personas que tienes alrededor. El kantu zaharra lo que intenta es que todo el mundo lo pase bien, no importa quiénes seamos, o quién sea el que esté al lado, lo único que importa es que todos lo pasemos bien.

Con la segunda edición a la vuelta de la esquina, ¿esto tiene visos de convertirse en un tradición sanferminera?

-Esa es la idea. A mí me gustaría que la gente se animara para que no solo repitiéramos el año que viene sino que fuera algo continuado en el tiempo. Se trata de recuperar la tradición, lo que se hacía antaño en las fiestas de los pueblos, pero que ahora pueden disfrutar desde los más pequeños hasta los mayores. Y es que los kantu zaharra simbolizan la historia y la cultura de toda Euskal Herria porque cada canción, cada verso tiene su significado. Y hace años no existían grabadoras, por lo que la gente se aprendía las canciones al momento, conforme se cantaba. De hecho, tras la experiencia en San Fermín, lo hemos trasladado a Donosti, donde hicimos un cena emotiva y espectacular, y tenemos propuestas de Bilbao y Vitoria. Los mismo que ha sucedido con el Iruñea Kantuan.