pamplona - Tras su estreno oficial en el Festival de Cine de San Sebastián, el documental Elkarrekin-Together, que gira entorno a la búsqueda de la confirmación de una antigua leyenda vasca: el encuentro entre balleneros vascos e indígenas americanos en el siglo XVI y la colaboración entre estas dos culturas en aras de conseguir un objetivo común. ¿Si los pescadores vascos llegaron hasta Canadá, por qué no también a zonas de Estados Unidos?
Se trata de la última producción de Arena Comunicación Audiovisual y Txalapart, aunque la primera que realizan “por encargo”, apuntó Pablo Iraburu, codirector y guionista del filme, durante el preestreno de la película realizado la pasada semana. La pasión perseverancia de uno de los protagonistas del documental, Xabier Agote, presidente de la Fundación Albaola, fue clave para convencer a los productores. Si bien filmar la expedición de unos arqueólogos en una pequeña isla estadounidense, en busca de restos de balleneros vascos, no les convenció de primeras, vieron que la historia escondía algo más.
“Esta es una historia de convivencia que tuvo lugar en aquel siglo XVI entre los balleneros vascos con los indígenas de la costa este de EEUU”, comenta Migueltxo Molina, codirector, guionista y director de fotografía del proyecto, una convivencia que de alguna manera, muchos de los proyectos de Arena recoge. “El tema del diálogo, del trabajo en común... En todas nuestras historias hay un trasfondo que por muy diferentes que seamos, si nos ponemos a trabajar juntos, se pueden hacer cosas muy interesantes”, señala, aunque también resalta que “esto no significa que los balleneros vascos llegaran a allá y congeniasen a la perfección con los americanos, pero llegaron a momentos de cooperación”. Una vez convencidos, se procedió a filmar qué sucedió en esa expedición.
El rodaje se realizó en la costa este de EEUU, en varias zonas de Euskal Herria e Islandia, lo que implicó que protagonistas y equipo conviviesen, también, gran parte del tiempo. “Hemos trabajado conjuntamente tanto arqueólogos como el equipo de producción. Si otro mundo fue posible y en el pasado fue así, ¿por qué en el futuro no puede ser de al misma manera?”, comenta Molina.
La mayor parte de las excavaciones buscando yacimientos y restos de balleneros vascos se realizaron en la isla de Placentia, en el estado de Maine, aunque el filme viajaba con la incertidumbre de no saber si encontrarían lago durante la expedición a Placentia realizada en el verano de 2016 y liderada por Xabier Agote. “Es muy complicado, los arqueólogos el 90% de su tiempo hacen agujeros y solo en un 10% encuentran lo que están buscando”, apunta Migueltxo Molina, en el sentido de que era como “buscar una aguja en un pajar”. La costa de Maine son muchas millas y, en base a una serie de toponimias y referencias históricas, se fue a un sitio concreto.
Desde la producción de Elkarrekin-Together señalan que ha sido su proyecto más difícil que han hecho a nivel técnico, ya que, al margen de la cantidad de desplazamientos, el rodaje implicaba muchas horas navegando o estando en contacto con el agua salada, por lo que parte del equipo se estropeó.
En el desarrollo de la expedición colaboraron profesionales norteamericanos y canadienses, junto a los arqueólogos vascos, unidos por encontrar los vestigios de los balleneros. “Es un primer camino y una puerta abierta, ojalá puedan seguir sus investigaciones y haya otros que se sumen”, concluye Molina.
distribución y estrenos El documental, de 93 minutos, se estrenó ayer en salas comerciales tanto de Pamplona como Bilbao, San Sebastián, Vitoria y Madrid. En un futuro, se emitirá en ETB, que ha participado en el proyecto, y también se han realizado varias proyecciones simultáneas en ciudades estadounidenses como San Diego o San Francisco y próximamente se emitirá en Nueva York y Washington. - A.J.