baluarte. El Auditorio de la vieja Iruña acogió ayer, con las entradas agotadas, el concierto de Rozalén, que presentó de esta forma en la capital foral su último disco, Cuando el río suena. Y, efectivamente, mucha agua lleva el río de Rozalén, que conquistó sin paliativos a un público entregado que disfrutó no solo de sus últimas composiciones sino de un buen puñado de los temas que la han consagrado. Y, además, el final del concierto tuvo sorpresa mayúscula, con la presencia sobre el escenario de Amaia Romero. Foto: I. Aguinaga
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