pamplona - Lole Montoya es una de las piezas fundamentales que ha provocado que el flamenco evolucionara. Junto al añorado Manuel Molina revolucionó este arte, que, eso sí, tenía marcado a fuego en la sangre.
Lole Montoya aterriza en el Flamenco On Fire en una edición dedicada especialmente a la mujer...
-Toda la vida han existido muchas cantaoras de flamenco, en este sentido imagino que también un homenaje a ellas.
Está claro que el flamenco no se puede entender sin el papel que ellas, las bailaoras, y ahora también las guitarristas, han desarrollado.
-En el flamenco hay muchísimas casas, en todas las naciones, en todas, con mujeres, abuelas, niños, nietos... Es algo que tienes metido muy dentro, y es que dentro de este arte se incluye el cante gitano. Y es que el flamenco, en este sentido, es como el jazz y la raza de color; no hay que buscarle más pies al gato. Es así en estas razas. Luego hay otros que se añaden, que nacen en Andalucía, que tienen ese don porque lo da la tierra, así como otras gentes, hombres y mujeres, que tiene el don, independientemente de donde hayan nacido... Somos muchos y muy diversos.
Metidos ya en harina, presentará en Pamplona el espectáculo Recuerdos
-Yo llevo toda la vida cantando a Manuel Molina... y a Manuel de Falla también. Pero el espectáculo Recuerdos está integrado por esas canciones que el público escucha desde hace tres y cuatro generaciones. Quizá haremos también algún tema incluido en Metáforas, que es un disco que yo hice en 2008, conformado por tanguitos, con coros árabe, porque me gusta mucho esa música... pero también otras canciones más tradicionales, pegadas al ritmo que hacía Manuel con los Montoya. Y luego, pues todo lo que quieran, alegrías... Casi todo el mundo quiere que hagamos ese homenaje a Manuel Molina, porque era un ser muy querido. Para mí ya no es complicado subir al escenario porque llevo tiempo actuando con gente como mi hija o diferentes guitarristas, y todos ellos se han preocupado de aprender ese género, porque era casi un género en sí, que no es nada fácil porque no era cualquier cosa dentro del flamenco; son canciones muy trabajadas y elaboradas, con el estilo de la guitarra de Manuel. Pero yo me siento bien en el escenario ahora, lo que no significa que no echemos mucho de menos a Manuel, y no solo sobre las tablas.
Una viaje a la memoria, al pasado, ¿que también tendrá su parada en Un nuevo día
-Sí, pasando también por Un nuevo día.
Lo pregunto para dejar tranquilos a sus más fieles seguidores... y porque fue el principio de una carrera con una propuesta muy transgresora, aunque ahora, con la multitud de fusiones que hay, casi ya ni parece que fuera o supusiera un cambio radical.
-Ahora estamos en otro tiempo, pero lo que sí está claro es que dejó huella en el tiempo, en los jóvenes, en las bailaoras, en las cantaoras... Hay gente que son más tradicionales, pero, y lo digo con humildad, creo que Lole y Manuel trajeron una luz al flamenco. Era otra forma decir, otra forma de interpretar, de ser... reflejo de como éramos nosotros. El otro día, en un colaboración a la que me invitó mi hija, dije que Lole veníamos haciendo esto desde la tercera, cuarta o quinta generación, que fue a la que llegamos Lole y Manuel, pero que ahora seguía con la quinta, sexta y la séptima, ya que Alba sigue también este camino... porque el público sigue siempre fiel, y les encanta recordar, por lo que son canciones que están muy vivas.
Entre sus proyectos nuevos figura un disco en homenaje a Sinatra pero que todavía no ha visto la luz...
-Si, he hecho un trabajo nuevo, Inolvidable Sinatra, pero no ha sido publicado porque ahora te piden todo... el nombre, el dinero, y ellos nada. Así que no se ha editado, aunque el espectáculo sí que lo hemos presentado, primero en Murcia, y ahora espero seguir con él, y ver si se puede sacar porque son unas canciones preciosas a las que nosotros le hemos dado un soniquete muy sureño porque, claro, no somos americanos (risas). También es muy jazzístico, porque hemos contado con gente que toca con mucho sabor, con un resultado muy bonito, la verdad es que me ha gustado. Y, además, también he hecho a Manuel de Falla en el Teatro Lope de Vega, con lo que también pienso seguir. Es un espectáculo con el que recordamos la carrera, el tiempo pasado y los discos que salieron.