madrid - El director Pedro Almodóvar convierte a Antonio Banderas en su alter ego en su nueva película, Dolor y gloria, una cinta que mezcla retazos de su biografía con la ficción, y que llega a los cines el próximo día 22 con un reparto en el que también destacan Penélope Cruz, Asier Etxeandia, Leonardo Sbaraglia y Julieta Serrano. “Soy de naturaleza pudorosa, pero me he metido en una película que habla mucho de mí”, confesó ayer el cineasta.

Almodóvar destacó que no concibe el filme, que narra los reencuentros físicos y los recuerdos de su niñez, con otro actor diferente a Banderas, aunque admitió que dudó, ya que esta película requería “gestos minúsculos”, y eso suponía exigir “lo opuesto” a la “vitalidad natural” del actor malagueño.

Según admitió, todo funcionó porque, entre otras cosas, han compartido muchas experiencias y se han formado “en la cultura de los años 80”. “Es una reflexión del cine dentro del cine, de la vida, de su familia y de sus amigos, puertas y círculos que había que cerrar, e imitarlo no entraba en la ecuación. Había que ser sutil y entenderlo sin parecerme a él pero dejando notas, olores y sabores”, aseguró el actor malagueño, que señaló que desde el principio rechazó la “tentación de imitar” a Almodóvar, porque se trataba de “retratar un alma que quiere expresar cosas”.

Dolor y gloria también cuenta con Asier Etxeandia, que interpreta a Alberto, “un actor en la vida de un director”, con quien Salvador “se fue de fiesta en los 80”, que dio voz a sus guiones, “con quien deja de hablarse y a quien decide volver a acercarse”.

la figura de la mujer Por su parte, el personaje de la madre se divide en dos. Por un lado, Penélope Cruz interpreta a la madre del Salvador de la infancia, mientras que Julieta Serrano da vida a una madre anciana. “La muerte de mi madre no sé cuánto tiempo me duró, pero yo la orfandad la sentí con mi madre y no con mi padre”, reveló el cineasta manchego.

Como indicó, a su padre le trató menos, porque él murió 20 años antes y, en ese momento, el director estaba “en plena vorágine en Madrid”. De hecho, la semana que murió su padre estrenó Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón. “Mi padre me dijo que a partir de su muerte yo iba a ser el padre de familia. Eso en La Mancha es algo que tiene mucho sentido, es un patriarcado y toda la familia depende del hijo mayor”, recordó.

“Siempre está rindiendo homenaje a la figura de la mujer. Es una suerte tener a alguien que escribe tan bien para la mujer, que nos entiende tan bien”, resaltó Cruz sobre Almodóvar. Asimismo, Serrano contó que no ha sentido ninguna “presión” por dar vida a la madre. - E.P.